"Más fuerte, por favor", fue aquella sublime súplica, la que necesitaba mi lado más sediento para hacer de tu perverso deseo algo más mío que tuyo, aunque, verte gritar mi nombre con tanto delirio, consiguió inyectar las Endorfinas suficientes para poder embestirte con tanta firmeza, para darle gusto a tu lado tan masoquista, y marcar un poco de tu carne con la severidad de mis manos, o simplemente para jugar un rato con tu sensual codicia, y hacer que tus cabellos dibujen en el aire mi nombre, aquel que amas gritar.
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lo que piensa mi alma
De TodoUn alma sin forma alguna la cual se enamora de su mísera existencia