1 | ¿Bellingham?

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Lionela Messi
Miami, Estados Unidos

Me encontraba llegando a la casa porque había salido a comprar un vestido para salir esta noche con mis amigas.

Estaba escuchando música y ni me di cuenta que ya me encontraba en casa.

Entre y allí estaba Ciro con los brazos abiertos dispuesto a darme un abrazo.

—¡Ey! grandote, ¿Cómo estás?— me agaché para estar a su altura y darle el abrazo.

—Bien Mille, pero ¿Por qué tan feliz?

Ciro siempre sabía a que hora llegaba a casa, no sabía como lo hacia pero siempre estaba ahí para recibirme con un abrazo.

—Vengo comprando un vestido lindísimo, luego te lo enseño, pero ¿Mateo y Thiago donde están?.

—Están viendo una película junto a papás— habló mientras me agarraba la mano para caminar hacía donde estaban.

Ciro me tenía agarrada de la mano mientras caminábamos hacia la sala.

—No camines rápido Mille, recuerda que tengo las piernas cortas— se rió.

Reí mientras caminaba, Ciro siempre salía con sus ocurrencias, siempre me sacaba una risa cuando más lo necesitaba.

—Nela— gritaron Mateo y Thiago para salir corriendo en dirección hacia mi.

Tenia varios apodos en casa, Ciro me llamaba Mille por mi segundo nombre que era Camille. Por otro lado, Mateo y Thiago me llamaban Nela por Lionela, algunos de mis amigos me llamaban Leo o Lio ese apodo era el que menos me gustaba por obvia razones y mis padres que me llamaban por los tres.

Vi como los dos corrían en dirección hacía mi, cerré los ojos y cuando los abrí me encontraba en el piso con Mateo y Thiago encima mío.

Las risas de mamá y papá se escucharon de fondo.

Y yo también empecé a reír.

—Levántense niños, van a lastimar a su hermana— se acercó mamá para ayudarme a levantarme.

Thiago fue el primero en levantarse y Mateo se demoró porque me estaba llenando de besos y haciéndome cosquillas.

Mateo es todo un personaje.

Es tremendo.

Ese niño tiene bastante energía, no se de donde la sacaba.

—Mateo para, que me haces dar cosquillas— reí.

Papá se acercó y ayudo a Mateo a ponerse de pie.

—Gracias papá.

Papá me ayudo a ponerme de pie y me dio un beso en la frente.

Mis papás y yo nos sentamos en el mueble, mientras que mis tres hermanos se fueron a jugar al cuarto de juegos.

—Deja ver el vestido que te compraste Nela— habló mamá mientras me acomodaba el cabello.

Saqué el vestido de la bolsa y se lo enseñé a mamá.

—¿A qué está divino, verdad?

—Está hermoso nena, vas a ser la más hermosa de la fiesta— mamá se acercó y me dio un beso en la frente.

Papá tosió para que le prestemos atención.

—Yo también estoy acá— interrumpió papá con su acento argentino bien marcado.

Las dos giramos a verlo y nos reímos.

—No se de ropa de chicas pero está bonito— asintió observando el vestido que tenia en mi mano, —Además a ti todo te queda bien mi princesa.

Hangover || PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora