20 | La ley del ex ⁺¹⁸

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Lionela Messi
Barcelona, España (3 de diciembre)

Me digerí hacia la cocina en busca de algo para comer, cuando entré vi muy juntos a Maca y Joao.

—No se ustedes, pero yo amo verlos juntos.

Las mejillas de ambos de ruborizaron, aunque no le decían, sabía que ellos dos sentían algo el uno por el otro, solo que no lo aceptaban.

—Hoy juegas contra el atlético, Jo— murmuró Maca.

El asintió sin decir nada.

—No es que sea rencorosa y nada— reí, —. Pero espero que metas un gol, Jo.

Me acerqué a el y le di un empujó, el solo me miró y rió.

Ansiaba que Jo anotara contra el atlético, quería que ellos sientan el error de haberle echo hacerle sentir de menos, cuando el es un excelente jugador.

—Mille— gritó Ciro, desde la sala, —. Llegó Pedri.

Me dirigí de inmediato hacia la sala y cuando lo vi entrando por la puerta corrí hacia sus brazos.

—Mi amor— se inclinó y besó mis labios.

Lo tomé de la manos y fuimos nuevamente a la cocina.

Pedri saludó a Maca y Jo, y se sentó a desayunar.

—¿Y pablo, amor?

—Se fue a hacer unas cosas con Aurora antes del partido.

Asentí y seguimos comiendo.

—¿Y vas a celebrar si metes un gol, Jo?- preguntó Pedri.

— No lo se— dijo confundido.

—¿Cómo que no lo sabes?— bufé, —. Tenés que hacerlo boludo.

Pedri y Maca comenzaron reír al frente mío, mientras Joao se encogía de hombros.

|....|

Los 4 nos subimos en mi auto, mamá se adelantó con mis hermanos.

—Debemos pasar recogiendo a Pablo, amor

Los tres asintieron y yo conduje hacia el lugar donde nos encontraríamos con Gavi.

Llegamos, se subió y nos dirigimos hacia el estadio.

Cuando llegamos y bajamos, había bastantes hinchas esperándose sacarse una foto con nosotros.

—Gavi, que se siente ser el único soltero del grupo— gritó un chico en la multitud.

Gavi comenzó a buscarlo y cuando encontró al que dijo eso, le sacó la lengua, como si de un niño chiquito se tratase.

Todos a nuestro alrededor comenzamos a reír, nos tomamos fotos con los que pudimos y entramos.

Maca y yo nos dirigimos hacia hacia el palco, donde estaban mi madre y mis hermanos.

—Nela—dijeron los tres a la vez, —. ¿Compraste comida?— dijo el más pequeño de los tres.

Negué con la cabeza y salimos de allí.

Nos dirigimos hacia un kiosko, pero teníamos que pasar por los vestuarios.

Íbamos pasando todo tranqui, cuando unas manos me sujetaron.

—Ay boludo, me asustaste— dije girándome y dándome cuenta de quién era, —. Rodri no hagas eso- suspiré.

—Para nena—rió, —. ¿Acaso soy tan feo?

—No es eso, Rodri— lo miré de reojo, —. Pero es que vos sales de la nada.

Hangover || PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora