23- Una mordida

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Lexa había caído en las garras de su prima otra vez. Acepto ir de nuevo al pub para que no la molestará con que se había vuelto antisocial y que solo salía por sus otros asuntos, que no era bueno. Tampoco había agendado una cita con la Psicóloga que había recomendado Lincoln. Para calmarla acepto ir, otra vez.

Le dijo que debía hacer vida social, en otro ambiente más libre, con menos ataduras o fuerza, si, se refirió a sus oscuros deseos, le había comentado las cosas que había llegado a hacer, a desear, su prima no la veía como un monstruo, solo que debía controlarlo, no evitarlo. Eso le gradaba, que su prima y amigo no la estuvieran crucificando por tener gustos diferentes.

El día de hoy tenían la compañía de Lincoln, había dicho que se apuntaba a ir de fiesta y los tres iban de caza.

Así que tenía que estar lista cuando ellos llegaran.

Primero llegó Anya y después de unos minutos Lincoln, llegaron antes de tiempo porque sabían que no llegar a la hora era exasperar a Lexa y lo que querían es que la pasará bien y divertirse un poco.

Fueron a un restaurante algo más privado, cenaron se la pasaron platicando. Llegada la hora se fueron directo al pub, ya era la hora pico. Anya había conocido al dueño el día de la apertura, le había dado su numero por si quería separar mesa para ellos, solo nombrar su apellido hacia que estuvieran a sus pies.

Llegaron a la misma hora que antes, Lexa era de costumbres asi que todo debía ser igual, misma mesa, y todo, champagne como entrada.

El ambiente del primer piso era el mismo, solo que con mas gente, se había corrido el rumor de que era buen lugar y eso trajo más clientela.

Se la pasaron bebiendo y medio bailando en el lugar, pero su prima quería ir a la pista, así que se llevo a los dos, estuvieron bailando un rato entre ellos, no era muy social a menos que tuviera confianza.

Estaba bailando con su prima cuando de repente la dejo sola, paso frente a ella sin saber que sucedió, solo vio que sonrió y se fue, le causó curiosidad y volteo a ver dónde estaba, la encontró con las mismas tres chicas de la semana pasada y ahora sus empleadas.

Todas muy sexis, saludando, Anya señalando su dirección, las tres chicas saludaron alegres a los dos amigos que se quedaron parados viendo en su dirección.

- Esa es Octavia tu gerente de Recursos Humanos ¿Verdad?, se ve tan sexi - dijo Lincoln

- Si, es ella y ellas son sus amigas

- Lo suponía, son muy hermosas, y esa rubia te está comiendo con la mirada- lo dijo en tono secreto

- Las tres trabajan para mí

- ¿Que?... ¿Y Anya tiene algo con la otra?... parece que le gusta

- Anya es muy libre, ya sabes pero tendré que hablar con ella, creo ya se enteró de que estarán trabajando en la empresa

- ¿Como es que no lo sabía? Si trabajan para ti y estan en la misma empresa

- Se integran el lunes, será su primer día, y no le dije nada porque queria ver la cara que pondría el día que se cruzarán y me preguntará, pero creo que no podre gozar de ese momento.

- ¿Te vas a oponer a su relación si es que la hay? Digo, se que no te gusta ese tipo de interacción en la empresa

- No lo haré, solo le diré que no me causen problemas, ella ya está grande para saber que debe o no hacer

- Ya vienen para acá, sonríe no seas tan mapache.

Las cuatro chicas se acercaron sonriendo hacia ellos saludando, Lincoln saludo de beso y abrazo como siempre tan afectuoso con las mujeres.

- ¿No pensabas decirme nada?

- Quería ver qué cara ponías cuando la vieras, pero el destino no quiso.

- También contrataste a la Rubia, significa que tendrás chance de ligar con ella, se ve que le gustas, esas mirada de que se derrite por ti no las puede quitar

- Es buena en su trabajo, por eso la contraté, no por ligar, sabe que primero está el trabajo

- Bien, bien, ¡vamos a bailar y disfruta la noche!- grito para todos y se pusieron a bailar

Primero era un todos con todos y luego por destino hicieron parejas, a ella le tocó con Clarke. Por su parte Clarke estaba nerviosa de ver a su jefa, otra vez. Aún recordaba lo que le había dicho hace unas horas en el trabajo, se sintió cohibida, sus amigas lo notaron, le dijeron que tomara para relajarse, solo que se había pasado con los tragos y se fue por la libre sintiéndose más relajada de lo necesario.

Así que cuando empezó a bailar con Lexa, lo hacía acariciando el cuerpo de Lexa y está última no sabía que hacer, su empleada se notaba pasada de copas y tocando su cuerpo.

Los otros estaban disfrutando del baile, de sus parejas que no se percataban de lo que sucedía y cuando Clarke se había calentado le dijo algo que dejo a Lexa parada en la pista de baile pensando en que hacer.

- Dios que sexi eres y tan guapa... quisiera besarte y hacer el amor contigo...

Clarke estaba volando, no se sintió avergonzada ni tímida de haber dicho eso, el alcohol la hacía decir lo que pensaba y quería. Se pego más a Lexa y olfateo su cuello, lo acaricio con la punta de su naríz, se estaba dejando llevar.

- ¿Quieres llevarme contigo? - le susurro en el oído a Lexa

Lexa no sabía que pensar, la situación la estaba excitando, pero estaba tomada y no quería abusar de ese momento, no era correcto. Clarke hizo algo que no debía, suspiró sobre su cuello, acercó sus labios a su lóbulo y se lo mordió sueve, lo beso y lo volvió a morder,pero lo hizo con fuerza y eso desató algo, algo que no sabia si podría tolerar.

Lexa la sujeto de sus brazos, la separó, la miro a los ojos excitados y le hablo con voz firme - Mereces un castigo por lo que haz hecho, a mi nadie me muerde sin mi permiso.

Clarke no sabía que paso solo que sintió que sus piernas perdían fuerza, esa mi mirada, esa voz y esa orden, la tenían en otra dimensión y dijo - Castigame.

Mi secreto, mi retoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora