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Lexa había regresado del almuerzo y paso por el lobby por su encargo, sabía que lo dejarían ahí si ya habían llegado las flores.

Le entregaron el ramo y subió, empezó a trabajar y se concentro tanto que perdió la noción del tiempo cuando se estiró y puso las manos hacia arriba para estirar sus músculos miro su reloj y vio que hora eran 3:30. Ya había avanzado mucho así que apagó la computadora y salió con el ramo en su brazo. Bajo hasta el subsuelo para tomar su coche e ir a casa.

Había prometido ir temprano, así que eso iba a hacer, debía hablar con Ontari.

Llegó al departamento y saludo a Indra con una sonrisa.

- Hola Indra, ¿Cómo estuvo Ontari hoy?

- Está decaída como le había dicho apenas comió algo.

- Prepare una merienda y yo se lo llevo junto a las flores.

- Ahora se lo preparo, son muy lindas las flores

- Si, son muy bonitas. Iré a ponerme algo más cómodo y cuando regrese se lo daré

Fue a su cuarto y pensó en mejor darse una ducha rápida e ir a verla después, no tardo. Tomo lo que le dio Indra y entro a la habitación con su ayuda al abrirle la puerta.

Ontari estaba mirando aburrida mirando hacia la ventana y al escuchar la puerta pensó que era Indra

- No tengo ganas de merienda pero gracias Indra

- Pues vas a tener que comerlo porque te lo traje yo

- Señorita Lexa - Ontari se sorprendió y se puso muy feliz, era la primera vez que la visitaba así y con esas flores encima.

- Necesitas comer y te traje esto para que te alegraras un poco

- Muchísimas gracias, son mis favoritas - tomo las flores que le entrego y las olió, tenía ganas de llorar de felicidad pero mejor se contuvo. Por eso Indra le pregunto sobre cuáles flores eran sus preferidas. Ella le hizo preguntarle.

- Le pregunte a Indra sobre cuáles eran tus favoritas y me dijo que eran estás. También me contó que no has estado comiendo bien

- Lo siento, voy a comer de ahora en adelante

- Me alegro mucho, necesitas comer para estar bien lo más pronto posible

- Lo haré, estaré bien para usted

Lexa miro hacia la puerta y vio a Indra ahí

- Indra puedes dejarnos solas unos momentos por favor

- Claro señorita Woods

Vio que se marchó y cerro la puerta. Suspiro y se sento en el sillón junto a la cama

- Quiero hablar contigo sobre la carta que me escribiste - miro a Ontari y había brillo en sus ojos - Lo agradezco mucho, es algo muy importante lo que me dijiste y quiero decirte que no necesitas hacerlo

Ontari estaba sorprendida y luego se sintió triste, la estaban rechazando.

- No quiero que te sientas mal, me halago mucho, pero no puedo tomarte como un objeto, porque no lo eres, eres una persona y eres libre de decidir que hacer con tu vida y no puedo privarte de tu libertad y felicidad.

- Pero yo lo estoy decidiendo, yo quiero estar con usted siempre

- En verdad lo agradezco pero no, te devuelvo tu libertad.

- Por favor no me deje, no tengo a dónde ir

- Espera, espera Ontari, no te estoy sacando. Solo te digo que no puedo ser tu dueña. Estarás aquí cuando te recuperes y trabajaras para mí para devolverme lo de la operación y todo, así que no te preocupes por eso. Estarás conmigo como mi secretaría y podrás valerte por ti misma y cuando estés lista y si quieres puedes rentar un departamento o quedarte aquí. No se, más adelante veremos qué sucede, te apoyaré en lo que pasé y como dije trabajaras para mí, necesito a gente de confianza conmigo y tú lo eres. Me demostraste que estarías para mí y aún ahora me lo demuestras.

Mi secreto, mi retoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora