64- El contrato

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Era lunes, se había levantado muy temprano, los nervios no la dejaban dormir. Hoy tenía que hablar con Lexa sobre su contrato, se sentía como una cosa, pero si quería demostrar compromiso tenía que ganarse su confianza de nuevo, lo haría, aunque fuera a base de un contrato.

Se baño, busco algo de lencería sexi, por si acababa en otra cosa al final. Quería ir preparada por cualquier cosa. La ropa sería algo normal para no levantar sospechas. Aún no le había dicho a sus amigas que tendría algo con la jefa, pero sabía que no les gustaría nada la idea de decirles que se convertiría en su esclava sexual. Si lo pensaba eso era lo que significaba el contrato, que ella iba a pertenecer a Lexa.

Tendría que leer bien, aún no sabía que es lo que haría con ella. Pero como había buscado en la red, todos los contratos son diferentes dependiendo del amo y la sumisa. Deben estar de acuerdo en todo lo que acuerdan y si algo no le agrada lo tendría que decir. No quería quedar mal parada. Una cosa era intentar que ella volviera a ser algo, una relación, una no tan normal pero una relación.

Nada estaba definido cuando empezaron, pero había una relación de eso estaba segura. Se habían comprometido a ser exclusivos. Para ella eso era una relación formal.

Por lo que sabía, Lincoln es el que haría el contrato. El se veía una persona de principios y no lo creía capaz de apoyar alguna cosa que pusiera su integridad segura. Lo vería en unas horas.

Fue a la cocina y preparo unos hot cakes, tostadas, café y el jugo que tenían en el refrigerador, a su amiga no le gustaba fresco, siempre decía que si lo fuera le haría daño el estómago por lo que siempre era de caja. Fue a buscarla a su cuarto. Tocó 3 veces y nada, le hablo y tampoco hubo respuesta. No le quedó de otra que entrar. Ya eran las 6:00 y quería que desayunaran juntas algo al menos. Era de buen comer y como los nervios no la dejaban se entretuvo cocinando pero no le diría a su amiga que era por Lexa, le inventariar algo.

Abrió la puerta metiendo la cabeza para ver cómo estaba. La encontro enredada en las sábanas, el cabello alborotado boca abajo y las piernas descubiertas, se notaba el boxer de mujer que llevaba. Se acercó, se sentó en su cama, tomo aire y grito.

- ¡Raven se quema el departamento!

- ¡Que llamen a los bomberos! ¡Me quemó me quemó! - salto de la cama gritando y buscando el fuego. Se encontro a Clarke riendo hasta no poder, sujetando su estómago y sobre su cama. Mientras ella sujetaba la sábana que había agarrado del susto. Estaba enojada después del susto. Su amiga se había burlado de ella. - Eres una... - la miro molesta pero luego se calmo y la miro sería - Esto lo vas a pagar Griffin, ya verás - Clarke seguía riendo con algunas lágrimas de la risa que le estaba dando. Raven subió sobre ella y la atacó con cosquillas en las costillas. Era una buena venganza después de lo que le había hecho.

- ¡¡Ya, ya, ya,!! ya por favor, !ya, ya déjame por favor!, Yaaa Rav, me rindo ¡¡me rindo!!

- jajaja espero que hayas aprendido que con Raven Reyes no se juega - dejo de hacerle cosquillas y se acostó sobre su cama a descansar, ella también estaba riendo mientras se venga a de su amiga.

Las dos intentaban recuperar el aliento después de tanta risa.

- ¿Ya es muy tarde? - miro el reloj de su mechita y aún no era tan tarde - son las 6:05, ¿Que sucede? - la miro extrañada, solo la levantaba cuando eran las 6:20 porque tenía 10 minutos para estar lista. Sabía hacerlo en ese tiempo.

- Prepare el desayuno y quería comer contigo, eso es todo - sonrió viendo a su amiga.

- Los milagros existen, ¿Que paso que hoy lo hiciste? - al parecer no logro ocultar su felicidad.

Mi secreto, mi retoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora