49- Primera sesión

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Lexa tenía la cita programada con la terapeuta para esa misma tarde, tenía dudas si serviría de algo. No queria perder el tiempo con alguien que solo se enterará de sus gustos y ayudará a controlar sus deseos.

Fue a la cita nerviosa, el lugar en si le pareció raro, no era un consultorio al lugar donde la citaron, era un edificio de departamentos, la cito en su hogar al parecer. Era una buena zona, era cómoda, de nivel medio. Al llegar vio el nombre de la terapeuta en el intercomunicador y presionó.

- Hola ¿Diga?

- Hola, soy Alexandra Woods y tengo cita con Luna Bloom.

- Oh, pasa - se escuchó el tono de abierto y entro al edificio, tomo el ascensor, era el tercer piso, llegó a la puerta y tocó, espero menos de un minuto y una mujer, por su apariencia diría de su misma edad, era morena, delgada, cabello castaño, risos descontrolados, con ropa de calle, tenía un pantalón de mezclilla azul, una blusa básica blanca y lentes de pasta, usaba sandalias, era su casa, imaginaba que podía usar lo que quisiera. Tenía ojos cafés por lo que podía distinguir, era bonita.

- Hola señorita Woods, pasé y siéntese en sofá de la sala y si quiere puede acostarse.

- Hola... no creo acostarme, señorita Bloom - Lexa paso y se fijo que no tenía muchas cosas que dijeran mucho de ella, se veía limpio, ordenado, era amplio pocos artículos personales. Pero se veía acogedor.

Fueron a la sala y le indico donde sentarse, Luna quedó frente a ella y la observó un tiempo, nadie dijo nada.

- Me imagino que nunca a asistido a ninguna terapia o algo relacionado a la salud mental y espiritual, se ve una mujer de costumbres y muy formal. Lleva traje, el peinado perfecto, incluso los zapatos. Usted no cree en que pueda ayudarla.

- ¿Lo sabe solo por como luzco? - la miro interrogante

- Si, eso dice su ropa, pero sus ojos dicen que quiere salir adelante pero no confía. Le seré sincera con lo que es esto que vamos a llevar. Yo no voy a hacer que deje su problema... - Lexa le miro con duda - usted va salir de sus problemas si quiere salir, yo seré una guía, y si sale solo será porque usted lo decidió. Usted tiene el control de si misma nadie más. Aunque a usted le parezca que extraño nadie tiene poder sobre otro a menos que nosotros se lo demos, y lo mismo pasa con los problemas o adicciones, con nuestro otro lado. Porque todos tenemos un lado que no es para el público, es solo nuestro y de quien dejemos entrar.

- Saldré sola, entonces no es necesaria, es lo que me está diciendo.

- Si, pero si vino, es porque necesita un guía y yo lo seré. No es lo mismo que verá con otros pero funciona y es mi forma de trabajar, espero que lo acepte y pueda seguir ayudándole. Pero, ¿Quiere mi ayuda o no?

Lexa entendió que era su decisión salir y aceptar la ayuda. El control lo tenía ella y nadie más. Solo sería una guía muy necesaria, al parecer no tendría que hacer lo que no quisiera. Pero tenía que decirle que no quería que nadie supiera de sus problemas.

- No te preocupes, es confidencial todo, sería una violación a mi ética y moral contar lo que suceda en nuestras sesiones. Jamás saldrá nada de lo que hablemos aquí.

Le había leído la mente o sus ojos y facciones le habían dado la idea de que pasaba por su mente, era muy inteligente o ella estaba fallando, en ocultar lo que piensa y siente. Tal vez Clarke le estaba afectando más de lo que creía.

- Creo que sabe leer bien a la gente y si quiero su ayuda. Mi amigo Lincoln me había dicho que usted es la mejor y que usa métodos diferentes.

-Si, Lincoln había contactado conmigo, también me había dicho que era muy importante la confidencialidad, así que no se preocupe ya sabía y puede que si les a la gente.

- Bien, ¿Cómo comenzamos? - lo dijo dejando descansar su espalda en el respaldo del sofá.

- Primero quiero saber que problema es el que quieres solucionar, ¿Ya sabes cuál es en realidad?

Sabía cuál era su problema pero no imagino que fuera así de directa con eso y si era algo fuerte decirlo así, solo quedaba en su mente lo que sentia y podía expresar con sus amigos.

- Tengo... un transtorno sexual... y quiero controlarlo. - la miro y se sintió segura de haberlo dicho, se sintió fuerte de afrontar lo que sufría.

- Me alegra escuchar que sabe lo que padece y lo está afrontando bien, muchos no llegan a decir sus problemas en la primera sesión, pero usted es una mujer con mucho valor y carácter. ¿Cómo se siente el haberlo dicho?

- Me sentí fuerte, segura - se sorprendió de saber que había hecho lo que pocos hacían, pensaba que llegaban diciéndolo de una vez como ella. - ¿Realmente no dicen lo que tienen?

- No, la verdad el decirlo en voz alta a alguien desconocido da temor, por eso le digo que es una mujer valiente. Me sorprende pero también eso dice mucho de usted y que eso lo demuestra en muchos aspectos de su vida.

- El valor de afrontar todo lo que venga es importante en mi trabajo, soy una mujer de negocios, hay que tener valor para ello.

- Si, ya se quién es usted, y como a sobresalido en el ámbito laboral. Creo que hay en ocasiones donde un problemas es más una habilidad que tenemos y que aún no podemos controlar. Usted cómo ha dicho es una mujer con un problema de transtorno sexual y por lo que se debe ser muy controladora.

- El control mantiene todo a salvo de errores y problemas futuros, de posibles accidentes... que pueden evitarse.

- Así es, ¿Le gusta el control?

- Si, es lógico

- Quisiera ir al grano, ¿como usted identifica que tiene un transtorno sexual?

- Porque ya no puedo controlarlo solo en un ambiente íntimo, me he estado excediendo en otros lugares al ser más controladora... tuve algo hace poco con alguien con quién no debí, y... no quiero volver a caer y repetir.

- Por lo que me cuentas, fue en tu trabajo donde te excediste, ¿Esa persona no quiso hacer algo contigo y la obligarte?

- Noooo, todo lo que paso fue consensuado, pero era una empleada y no debió pasar.

- Si ella acepto, eso no lo convierte en un transtorno, lo convierte en un miedo, ¿A qué le tienes miedo?

Mi secreto, mi retoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora