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༺A... cult? No idea༻
DESPERTÉ EN MI habitación, con la sábana mal puesta y mi pierna derecha casi cayéndose de la cama. A penas recordaba los detalles de anoche. Ni siquiera sabía como había llegado a mi cama después de todo. Mi cabeza dolía muchísimo, y podía sentir el maquillaje de la noche anterior pegado en mi cara. Asqueroso.
Entrecerré los ojos para acostumbrarme a la luz de la habitación y tragué saliva. Ew, vómito. Hice una mueca de desagrado y traté de moverme para levantarme de la cama, lo cual resultó en un sonoro estruendo. Me había caído.
Escuché unos pasos aproximarse y levanté la cabeza del suelo para encontrarme con mi compañera de piso.
—¡Rory! ¿Estás bien?
—He estado mejor...— admito desde el suelo.
—Lo siento mucho, quería hacerte un smoothie antes de que te despertaras, porque sé que cuando estás enferma y tal te gusta el de mango con menta, pero...
—Está bien, Jo. ¿Qué hora es?— pregunté incorporandome.
—No pienses que vas a ir a ninguna parte así.
—¿Cómo?
Para una vez que iba a la universidad en este tiempo y mi compañera no quería que fuese.
—Como escuchaste. Tienes que descansar.
—¿Por qué?
—Porque ayer al llegar a casa estabas tan mal que te golpeaste contra la puerta.
—¿En serio?— asintió. Suspiré y caminé hacia el baño para lavarme la cara.
Me relajé en cuanto el agua tocó mi rostro. Siempre me hacía la skincare antes de dormir, y solo el hecho de haberme ido a dormir con el rímel y todo puesto me hacía sentir asquerosa. Terminé de quitarme los restos de maquillaje de la cara, y levanté la cabeza para encontrarme con...
—¿QUÉ?
Josie corrió a donde estaba y en cuanto abrió la puerta, se relajó.
—Mi pelo... es rosa— tartamudeé. La rubia asintió— ¿Por qué mi pelo es rosa?
—Técnicamente son solo mechas.
—Técnicamente no me importa, ¡Mi pelo es rosa!— exclamé agarrandome dos mechones.
