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༺ Party At Night, Job Interview In The Morning ༻
HABÍAN PASADO MUCHAS cosas desde que dejé Duskwood de manera tan fugaz aquella noche. Tenía mis razones por las que no quedarme, ni siquiera un par de días más.
Obviando el trauma que me había generado ese pueblo, quedarme habría significado sacrificar mi carrera, todo por lo que había trabajado hasta el momento.
La rectora me había escrito un correo, dandome una oportunidad para recuperar todos los exámenes a los que no había asistido, y no podía perder ni un segundo.
Pasé una semana estudiando, sin salir de mi habitación, con Josie subiendome cafés cada media hora. No fue fácil, pero al final conseguí aprobar todos mis exámenes (con muy buenas notas, no es por nada).
Celebré mi graduación.
Los eventos de aquel 28 de mayo me habían cambiado, tanto para bien como para mal. Por un lado, la traición de Richy seguía sin ser un tema fácil de hablar. Ni siquiera con la psicóloga (y eso que lo había intentado).
De cualquier modo, dejé la terapia. No era para mí.
Seguía sintiendose irreal, de algún modo. Tanto el hecho de que él fuera el culpable como el que se hubiera quitado la vida.
Podía haberlo evitado.
Me parecía grotesco pero, de nuevo, así era mi vida. Siempre grotesca.
Pero por otro lado, la gente me miraba de manera diferente tras enterarse. Ya no era "la rarita de los rumores", o "la chica que perdió a sus padres".
Mucha gente me respetaba por eso, pero no mucha gente sabía lo que realmente había pasado. Sólo lo que los titulares decían: "Estudiante de criminología resuelve un caso de desaparición antes que la policía local de Duskwood".
Al menos eso fue lo que escribió mi amiga Kat para el periódico de Columbia.
Algunos estudiantes de mi curso incluso me pedían autógrafos, lo cual se me hacía extraño ya que estas personas me conocían ya de vista. Hacía lo que pedían, de todas formas.
No me sentía especial ni nada por el estilo, pero de algún modo agradecía la atención. Claro, eso si quitabas el hecho de que cada vez que alguien me recordaba lo que pasó sentía como si otra pieza de mí se desprendiera y fuera a parar con el resto de trozos rotos en mi interior.
Nunca lo mostré, o lo hablé con nadie. Tras graduarme, mi vida transcurrió con fluidez.
Fiesta de noche, entrevista de trabajo por la mañana.
