XIV_(PARTE II)

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AÑO 2008

CASA DAMINA

Mariadne, esposa de Alphert Dámina, madre de Jennifer y Andre, ya había pasado tiempo en la cama. Su enfermedad, una que muchos médicos conocían, pero nadie aun había encontrado la cura. Su triste y solitario avance no solo enfermaba a la persona misma, sino que a sus seres más cercanos. El Alzheimer, maldita enfermedad que, si no se detecta a tiempo, su avance es muy rápido, la pérdida de memoria es voraz y su término es sin aviso.

Andre fue uno de ellos, fue uno de los que sufrió más con la enfermedad de su madre. Cada mañana él se iba a la habitación de la mujer a ver la misma película que a ella le gustaba. Aquella de amor en el barco y que finalmente termina hundiéndose.

Mientras que Andre por la mañana se levantaba a ver a su madre, Jennifer se iba con su padre, eran chicos distintos. La muchacha de 20 años estaba en su segundo año de bioquímica, igual que su padre, pero a ella no le llamaba mucho la atención aquella rama así que poco a poco se fue yendo por la vía de la biotecnología y comenzó a ayudar en la creación de la máquina de los recuerdos, la MBM.

Por las tardes, Jennifer se iba al laboratorio del doctor Dan Rizzo y se dedicaba con él a crear esta máquina que con el tiempo se volvió vital para los acontecimientos, en cambio Andre, por las tardes, se iba a sus clases de violonchelo. El pequeño muchacho tenia siempre en la memoria la canción que le gustaba a su madre y antes de terminar la clase el tocaba aquella melodía en el anfiteatro, que era una especie de cilindro, similar a un granero por fuera, pero por dentro tenía todo un sistema de amplificación, entonces cuando el tocaba, la melodía salía por el cielo y se extendía a por lo menos medio kilómetro.

Mariadne, era a la única hora que se levantaba, se ponía en la ventana, ayudada por una enfermera, y escuchaba a aquella melodía pronunciando el nombre de su hijo con tanta alegría, pero con tanta nostalgia de ver que, en la plazuelita, que daba justo debajo de su casa, a las personas que se quedaban sentadas escuchando aquella melodía proveniente del otro lado de la plazuela.

Finalmente, a los meses, Mariadne murió y Alphert se volvió loco, casi mata a su propio hijo intentando salvarlo de una enfermedad que no tenía, pues él solo extrañaba a su madre. Jennifer, junto a Yurgen Radeck lo salvaron, le borraron la memoria con la máquina que ella y Dan Rizzo crearon y finalmente Dan terminó criándolo junto a su esposa Soledad.

Pero cuando el grupo llegó al pueblo y la bruma se disipó, Andre sintió algo en su interior, como si ya conociera aquel lugar y entre más avanzaba al sitio para reabastecerse, mas recuerdos venían a su mente, como si estos estuvieran encapsulados en algún lugar del cerebro y después de que tuviera ese sueño tan real al caer del avión, todo comenzaba a aclararse en su mente.

Sin ocupar el Humvee, para no ocasionar más ruido, los muchachos llegaron al lugar de reabastecimiento. Marck y Cooper trasladaban a la pobre Dália, en una camilla plegable que estaba en el vehículo, quien no podía más con el dolor. Las maniobras de Katherine eran infructuosas para evitar la hemorragia y ella no entendía porque no podía hacer efecto rápido el suero de retardante.

Mientras que los demás entraban a una especie de tenencia policial, Andre se quedó afuera, observando el silo, y una casa bien refinada de segundo piso a la derecha. Frank lo contemplaba sin decir nada.

—¡No puedo detener la hemorragia! —gritó Katherine aterrada.

—¡Revisa su cuerpo, debe tener otra herida! —indicó Thommy.

Al entrar a la tenencia Giselle quitó todo lo que había sobre un escritorio y entre ella y Kath le cortaron la ropa a la chica Zeet dejándola solo en ropa interior para darse cuenta, con terror que la muchacha había sido mordida no solo en el hombro y en la pierna, sino que también en su costilla izquierda y esa herida había penetrado muy profundo.

LAZZARUS RENACIMIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora