— prefiero preguntar primero, no te vi en su funeral.
—no soy alguien que le guste estar entre tanta gente, en especial en ese tipo de situaciones.
Analicé a la persona frente a mí, desde su gabardina hasta sus zapatos perfectamente limpios eran negros; Un poco más alto que yo, se veía que era incluso mayor que yo pero aún conservaba ese toque de juventud. Definitivamente era un Alfa.
—claro, pero de verdad quisiera saber quién eres— volví a cuestionar.
—lo siento, no puedo decirte mi nombre, de hecho, ni siquiera debiste haber visto mi cara— El sonido del seguro de un pistola se escuchó detrás mío y después sentí una presión en mi cabeza— dime quién eres, dime qué era Koran para ti y puede que te deje vivir.
—soy su pareja— contesté firme a pesar de que estaba sudando frío ante la situación.
—eras— sonrió, aunque su sonrisa por más burlona que era podía verse también el disgusto.
—soy, él ya no está aquí pero el amor que yo le tengo jamás se irá así como el de él tampoco porque murió amándome siempre a mi, soy su pareja y no hay nada que pueda cambiar eso.
—¿Lo hago de una vez jefe?— la tercera voz detrás de mi habló, supongo que se refería a matarme. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo
El hombre alzó su mano ordenando que no lo hiciera y se me acercó hasta estar cara a cara.
—¿Qué te hace pensar que te voy a creer? Muchos Alfas y Betas dijeron lo mismo, hoy en día sus cuerpos yacen en las profundidades del mar por haber mentido.
—entonces mátame, porque no soporto vivir en un mundo en dónde Koran ya no está. Esa es la prueba más pura de mi amor, mátame para volver a encontrarme con él.
—nah— dejé de sentir la presión y por fin solté el aire que no sabía que estaba reteniendo—retirate— ordenó al hombre de la pistola y poco después oí sus pasos alejarse— te dejaré vivir, no lo hago porque te crea. Pero parece ser que la muerte es demasiado buena para ti, yo no soy bondadoso.
—pero no me crees.
—no. Te diré algo, no puedes amar a alguien que no conoces.
—yo lo conocía.
El Alfa frente a mí rió burlón—no, no sabes nada de él.
—¿Quién eres tú? ¿Qué derecho tienes de decirme esto?
—conozco a Koran más de lo que alguna vez podrías conocerlo tú, no sabes nada de él.
—entonces dime lo que no sé.
—¿Qué chiste tendría hacerlo? Es más divertido ver cómo te consume la duda— gruñí haciendo que el sujeto se molestara y me tomara de la mandíbula con fuerza— Cuida tu boca niño, no sabes a quién tienes frente a ti.
—¿Y por qué no me lo dices?
—¿Tanto odias tu vida como para retarme?
—odio más a las personas que por su dominación creen estar por encima de los demás para pisotearlos a su antojo.
—entonces te lo diré, puedo decirte todo lo que quieras saber, pero a cambio tu vida me pertenecerá.
Su sonrisa torcida me indicaba que hacer un trato con este hombre era como hacer un trato con el infierno.
— para que quede claro, que tu vida me pertenezca significa que algún día, cuando menos lo esperes vendré y te mataré.
—¿Qué eres? ¿La muerte o qué?— hablé un poco asustado.
—asi me llaman en el bajo mundo, pero no te hablaré de mi, ya ha quedado claro que no puedes saber de mi. ¿Quieres la información, pequeño lobo?
Por un momento la idea de aceptar pasó por mi cabeza y estuve a punto de estrechar la mano del hombre que me la ofrecía, sin embargo reaccioné.
—no... yo no desconfío de Koran, y lo que sea que tú sepas, es su pasado y si no quiso decirme yo acepto su decisión.
El hombre rió a carcajadas cuando terminé.
—te diré una adivinanza— dijo cuando terminó de reir— escarbar es la única forma de encontrar, ¿Qué tan profundo tienes que escarbar para lo que quieres encontrar?
—no creo que eso sea una adivinanza— cuestioné.
—tendrás que perdonarme, no soy bueno inventando adivinanzas. Tu no me conoces, probablemente nunca logres saber de mi más que mi seudónimo, pero yo conozco de ti más de lo crees, preguntar sobre qué era Koran para ti era solo para saber que tipo de persona eras.
—dijiste que no me creías— repetí nuevamente.
—y así es, no te creo porque conozco a las personas con las que compartes vínculos de sangre, no son buenas. En este mundo te rodeas de mounstros sin siquiera saberlo, abre los ojos porque tú no conoces el mundo real.
El hombre se dió la vuelta y se esfumó en un abrir y cerrar de ojos.
Llegué poco después a la casa de mis padres con más frustración de la que tenía antes.
A lo mejor en otra vida yo había hecho algo realmente malo, tal vez era un hombre corrupto o un asesino sin piedad, porque lo estaba pagando muy caro.
En eso me llegó un mensaje de Ashton.
"¿Cómo te está yendo?"
Solo respondí con un simple bien, no volvió a insistir pues sabía que si lo hacía eso me haría molestar. Se sentía raro volver a estar en mi habitación, aunque toda mi vida la pasé aquí sentía un pánico saber que a pocos metros estaba el cuarto de Cassian y que él aún lo usaba.
Otra vez mis ojos empezaron a picar, cada día parecía empeorar más y más, ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Seguir llorando?
Recordé las palabras de mi abuelo.
"un Alfa no llora, porque en el momento en el que un Alfa es débil la manada colapsa"
¿Cuál es mi manada? ¿A quién se supone debía proteger? Solo eran palabras de un hombre viejo el cuál había vivido lo que eran las manadas, que eran la manera en la que se regía antiguamente, un Alfa siendo la cabeza de la manada y los demás siguiéndolo siempre.
Probablemente si me viera ahora me diría que soy una vergüenza para mí subgénero.
Holaaa, volví de la muerte. Broma, quiero pedirles una disculpa por haber tardado tanto en actualizar pero lo que pasa es que empecé a trabajar y mi trabajo me consume la mayoría de tiempo, de verdad hubiera querido poder haberlo terminado hace tiempo pero realmente me siento un poco cansada, probablemente piense en pausar un tiempo la historia o tal vez no, solo que las actualizaciones serían muy pero muy tardías, ustedes deciden
Janneth.
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Brothers Love (Omegaverse)
RandomSer Alfa no te hace mejor, ser Alfa no te hace alguien importante. Al menos así es mi caso, soy el segundo hermano de tres, soy un Alfa, pero no es como todos creen. No tengo Omegas persiguiendo me, no soy encantador, no sobre salgo o llamo la atenc...