—no te tengo miedo— solté un gruñido, mi estado es más salvaje conforme pasan los minutos, pronto mi celo despertará por completo.
—oh, pequeño cordero... No puedes disfrazarte de lobo por mucho tiempo, un día los verdaderos depredadores vendrán por ti.
—¿Cómo quienes?... ¿personas igual de enfermas que tú?
—no... Existen personas a las que debes temer mas de lo que me temes a mi— su semblante se puso serio.
—yo no te tengo miedo— repetí de nuevo.
Estábamos teniendo una competencia de miradas, al parecer quien apartara la mirada perdía, de pronto unos golpes interrumpieron esa tensión y sin esperar señal de pase alguien abrió la puerta.
Tras abrir la puerta por ella ingresó Koran, quién se veía preocupado.
—no deberías estar aquí, es peligroso.
—Dante me dejó pasar
—le dije que no dejara pasar a nadie, puede volverse loco, ¿es que acaso quieres eso, imbécil?— Cassian se veía cada vez más molesto.
El semblante de Koran pasó de preocupado a realmente molesto, estaba seguro que incluso podría empezar a pelear con Cassian.
—¿Que mierda te crees para hablarme así?
—soy un Alfa
—me paso por el culo que seas un puto Alfa de mierda, no soy ninguna de tus putas pedazo de imbécil.
—claro que no eres una de mis putas, no caería tan bajo para meterme contigo.
El rostro de Cassian giró al recibir el tremendo impacto de la cachetada de Koran. Se acercó a mi hermano y le regresó la cara con otra cachetada igual a la anterior.
—das tanto asco que ni un pedazo de mierda se puede comparar contigo, ojalá la diosa luna nunca condene a una pobre alma para hacerla tu pareja.
Cassian sintiendose humillado salió de la habitación, definitivamente le agradecería después a Koran por salvarme, aunque no sepa de qué.
—¿Estás bien? Perdona, de verdad no quería-
—esta bien— me dió la sonrisa más bella que había visto y sentí mi pecho calentarse— lidio con tipos así siempre, ¿Estás bien tu?
—si, pero de verdad, no deberías estar aquí Koran.
Cambió su sonrisa feliz a una triste y me sentí mal.
—lo sé, solo que pensé en...— dejó la frase a medias para que yo adivinara, supongo.
—¿En qué?— así es, soy estúpido.
—en pasar... Contigo... Ya sabes.
Su cara estaba roja y parecía un lindo tomate, muy lindo. Apartó su mirada y yo intentaba adivinar qué era lo que quería, después de unos segundos mi única neurona estuvo de mi lado y por fin entendí.
—espera...
—pero entendería que no quisieras, en fin ya me voy— lo dijo tan rápido que casi no entendí pero al ver que se dirigía a la puerta lo detuve.
—¡No! Si quiero pasar mi celo contigo.
Estoy seguro que mi cara estaba igual de roja que la de él, tenía mucha vergüenza.
La puerta se abrió de golpe y Cassian entró pareciendo un toro fuera de si, sus ojos destellaban aquel color carmesí que me atormentaba en mis peores pesadillas siempre.
—no, no lo harás. Largo.
—¿Qué mierda Cassian?
—¡Dije largo!
—¡No puedes decidir por mi!— me interpuse entre él y el Beta.
—te quiero fuera de esta maldita casa
Con la voz logró que Koran bajara la mirada, asustado. Dió la media vuelta y salió. Estaba demasiado molesto, en especial mi lobo que parecía querer saltar al cuello de Cassian y clavarle los colmillos hasta que se desangre.
Al estar a solas con él lo confronté.
—¿Qué diablos te sucede?— sus ojos volvieron a la normalidad.
—te lo advertí muchas veces, no puedes estar con él.
—lo único que no puedo es entender si tu vida es realmente miserable y aburrida como para que me jodas cada vez que puedas.
—si, mi vida es una mierda, pero mejora un poco al llevarte conmigo al mismo infierno.
—mala suerte por ti, pero no puedes venir aquí y hacer como si fueras el dueño de todo y todos. Soy tu hermano no un maldito desconocido.
—¡Lo sé!.. no lo entenderías, mi lobo-
—¡Deja de culparlo siempre!— grité ya harto de él— ¡Toma responsabilidad por lo que haces, él hace lo que la conciencia pide, eres tú, no tu maldito lobo!
—no... No soy-
—¡Si! Eres tú, el lobo se controla por lo que sientes y quieres, estás demente y enfermo.
Bajó la mirada de nuevo, y pensé por un momento que se volvería a disculpar como antes, pero al levantar la mirada de nuevo sus ojos volvían a su color carmesí y tenía una sonrisa torcida que me erizó por completo.
—él no lo comprende, le asusta aceptarlo.
—entonces es verdad.
—claro que es verdad, pero se tiene miedo a si mismo y solo que desea hacer, cualquier persona normal creería que está completamente fuera de si.
—tienen que dejarme en paz— mi voz tembló.
Soltó una carcajada burlesca.
—no lo creo, yo lo llevaré a lo más alto y lo dejaré caer hasta sus más bajos instintos, no lo entenderías. Eres un recesivo.
Después de aquella conversación salió de la habitación y poco tiempo después mi celo me consumió por completo, en algún momento escuché que mis padres llegaron.
No sabía ni que día era cuando mi madre entró a mi habitación donde me había mantenido encerrado desde entonces y me habló.
—¿Cómo te sientes?— dijo neutral
—Caliente— contesté simple pues me costaba incluso respirar y casi no podía formular más de dos palabras cortas.
Ella solo asintió y me extendió su mano, en ella tenía unas píldoras que deduje eran supresores. De inmediato las tomé.
—escucha— volvió a hablar— la próxima vez, Koran debe pasar por una serie de precauciones para pasar tu celo, por fortuna Cassian supo que no estaba listo.
Claro, Cassian siempre hace todo bien.
—Koran... Es mi pareja.
—lo sé, pero es un Beta, no un Omega. Eso lleva muchas consecuencias si no está listo para recibir a un Alfa en celo, podría salir lastimado.
Mi vista de nublo de nuevo y poco a poco la voz de mi madre se fue alejando y mi vista se volvió negra. Volví a desmayarme.
Tardé mucho? Yo sentí que era poco tiempo sin actualizar, pero cuando empecé a recibir comentarios de que ya actualizara me dió risa y supe que ya era tiempo de volver, espero que les haya gustado el capítulo de hoy, los quiere
Janneth
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Brothers Love (Omegaverse)
De TodoSer Alfa no te hace mejor, ser Alfa no te hace alguien importante. Al menos así es mi caso, soy el segundo hermano de tres, soy un Alfa, pero no es como todos creen. No tengo Omegas persiguiendo me, no soy encantador, no sobre salgo o llamo la atenc...