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Dante había salido a una fiesta y me había invitado también, pero como el buen antisocial que soy inventé que me sentía mal para no ir.

Las fiestas son demasiado ruidosas y yo prefiero la paz, Cassian no ha venido a dormir en días y como antes esperaba que no llegara, cerré las puertas con seguro y me fui a mi habitación para dormir. Revisé mi calendario confirmando que en cinco días mi celo se iba a presentar.

Tenía que tener los supresores preparados porque serían los cuatro días más molestos y dolorosos.

El sonido de la puerta principal siendo abierta me alertó, Dante no podía ser y mis padres hubieran avisado al llegar, olí el aire y sentí las feromonas de Cassian, recordé lo que su lobo me dijo y aquella frase me hizo reaccionar y le puse el pestillo a mi puerta esperando que no ocurra nada durante la noche.

Oí sus pasos irse a su habitación y encerrarse, estuve alerta por unas horas hasta que el sueño pudo más conmigo y terminé por dormirme.

El sonido de mi puerta me despertó.

Estaban intentando abrirla, podía sentir sus feromonas, solo que había algo diferente en ellas. No eran normales, eran feromonas de celo y están llamando para aparearse.

Mi lobo al estar cerca de su celo lo ve como rival por lo que se pone en defensa, la puerta ahora está siendo pateada con fuerza, no sé que hacer siento mucho miedo y no sé dónde esconderme. La puerta cada vez más está apunto de ceder.

Está deseoso y la única cosa que me tenía protegido ahora parece una hoja que en cualquier se va a romper.

—pequeño lobo...— la voz tras la puerta se oye demasiado gruesa y no me cuesta entender que es su lobo quién tiene el control— Huye mientras puedas— escucho aquel susurro antes que la puerta caiga por el más certero golpe.

No lo pienso dos veces mi cuerpo reacciona y cuando lo veo abalanzarse a mi salto a un lado esquivandolo, gruñe de enojo y suelta un rugido potente.

Mi lobo mete su cola entre las patas y baja las orejas de modo de obediencia pero mi lado humano está hasta el borde de miedo por lo que obligo a mi cuerpo correr a la puerta y salir de aquella habitación.

Los pasillos de la casa parecen largos e interminables pero sigo corriendo gracias al sentido de supervivencia.

—¡Regresa aquí!— grita desde la habitación, no es una orden con la voz de Alfa, de hecho, me sorprende que aún no la use, porque si lo hace está persecución va a acabar antes de siquiera llegar a la puerta de salida.

Lo oigo atrás de mi, siento mis piernas adoloridas logro salir al exterior pero sigo corriendo no mucho antes de que lo escuche.

¡Alto!— el gruñido es potente y estoy seguro que muchos lo escucharon hasta dos cuadras más.

Mi cuerpo se detiene y mi mente se llena de los recuerdos de aquella noche y las lágrimas empiezan a bajar por mi cara, siento la impotencia. Por primera vez intento luchar contra la voz de Alfa dominante de mi hermano.

Logro mover cinco centímetros mi pie descalzo pero me toman por el cuello y caigo al duro suelo de cara, por un momento mi vista se vuelve borrosa y escucho una pitido provocado por el golpe que me acabo de dar.

Pierdo las esperanzas de escapar y lo único que hago es sollozar, porque por más que a más de dos cuadras de distancia hayan escuchado aquella orden nadie va a intervenir, pues un lobo alfa en celo es muy peligroso y más cuando se tiene a su presa en su poder, si intentarán quitarle su juguete se vería en obligación de atacar y en muchos casos matar.

La cosa es que solo pasa cuando es un Omega, pero yo soy un Alfa, el problema es que nadie se va a poner a pensar en si soy o no un Omega, no les va a importar.

Mi cuerpo es miedo puro y no paro de llorar. ¿Esto es lo que me tocará vivir? ¿Ser violado por mi propio hermano cada vez que él quiera?

—oye hermano, ese no es un Omega, es un Alfa.

Hace presencia una tercera voz.

—¿Quién...?— logro escuchar a Cassian gruñir.

—pasaba por aquí, soy su vecino de enfrente— dijo simplemente.

—largate de aquí— ordenó Cassian.

—con gusto lo haría, hermano, pero no puedo evitar saber que al que tienes abajo no es un Omega, sé que no es un enfrentamiento de Alfas porque solo tu hueles a celo, puede que el celo te haya nublado la vista pero es un Alfa, así que déjame ayudarte— dio un paso adelante pero el gruñido de advertencia lo hizo detenerse.

—no quiero que te acerques, sé perfectamente lo que hago.

Se levantó y mi cuerpo dejó de sentir su peso encima mío, sin embargo me carga y me pone en su hombro como si fuera un costal de papas y emprende su caminata a la casa, de nuevo siento miedo por estar encerrado con él en aquella casa que ahora solo parece un infierno.

—okey, debes estar loco porque ese es tu hermano— sentencia el chico.

Cassian lo ignora.

—oye lo digo en serio, es tu hermano por la diosa Luna, ¡Escúchame él...! Carajo, ¡Suéltalo! — usa la voz de mando, grave error.

Mi mente se pone a pensar y da con lo que buscaba, aquel chico era un Alfa dominante también, de hecho él y yo éramos amigos cuando éramos niños, de un momento a otro me dejó de hablar pero lo recuerdo, Cassian lo odiaba.

Y ahora que está interviniendo lo va a destrozar.

El chico no parece tener, sabe que están al mismo nivel pero Cassian está en celo y eso lo hace más peligroso por naturaleza, sin embargo no retrocede.

—vuelve a tu casa niño, no te metas en dónde no debes— dice Cassian intentando mantener la calma.

—suelta al chico, ¿Qué clase de mounstro asqueroso eres para tratar a tu hermano Alfa como un Omega de un burdel?

Janneth.

Brothers Love (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora