9

8.4K 712 35
                                    

Miraba por el cristal a todas las personas que pasaban frente al gran ventanal de la cafetería donde estaba esperando a Koran, de pronto alguien se paró frente a mi mesa.

Desvíe mi mirada y lo miré, era aquel chico que me salvó aquella noche, me sentí avergonzado por lo que tuvo que ver pero no dije nada.

—hey, ¿Me puedo sentar?— fue lo que dijo, yo solo asentí— entonces... ¿Te pasa seguido?

—¿Qué cosa?

—que tu hermano Alfa te intente violar

Soltó sin más, me quedé de piedra sin saber qué decir, bueno, tal vez es obvio para cualquiera que lo haya visto esa noche que pasa seguido.

—no es un tema que quiera hablar con un desconocido, menos en un lugar tan concurrido de gente, además, estoy esperando a alguien.

—no soy un desconocido, nos conocemos de años, somos vecinos — dijo obvio

—pero dejaste de hablarme desde los siete.

—no es algo que yo hubiera querido... Yo te hubiera seguido hablando, pero hay cuestiones que no me dejaron

—Mm... Claro

Se hizo un silencio incomodo en el que yo mantenía mi mirada apartada y él solo miraba nerviosamente sus manos.

—quiero empezar de nuevo— rompió el silencio— quiero que volvamos a ser amigos como cuando éramos niños.

—pero ya no somos niños, y ahora te podrás dar cuenta que tengo cosas más importantes de las que ocuparme, cómo intentar que no me ataquen en medio de la noche.

—si, lo sé, es por eso que quiero empezar de nuevo... Quiero protegerte

—¿Protegerme? Soy un Alfa, no necesito protección de nadie.

—¿De qué sirve ser Alfa si eres recesivo?

—¿Crees que soy una puta damisela en apuros?

—lo que creo, es que no puedes estar solo en un ambiente como ese, necesitas a un dominante que te ayude y yo-

—¡basta!— grité y golpee la mesa con mis manos por el enojo llamando la atención de algunos en el lugar— me importa una mierda si crees que soy débil, no necesito que otro maldito dominante me recuerde que mi triste existencia y mi subgénero no sirven para nada.

—yo... No quise decir eso, solo quiero-

—¿Qué sucede?— interrumpió una tercera voz, era Koran que ya había llegado.

Notó el ambiente algo tenso y arrugó el entrecejo con confusión.

—¿Interrumpo algo?— ni siquiera me miró al preguntar, más bien le hacía la pregunta al otro, con algo de enojo en su rostro. Dando aviso que se tenía que ir cuánto antes si no quería estar en medio de un alboroto.

—no, yo ya me iba— se levantó y volteó a mi— por favor considera lo que te dije.

—ni siquiera recuerdo tu nombre— murmuré evitando mirarlo

—Ashton.

Y se fue.

—¿Quién era?— preguntó apenas se sentó con un aire más calmado para tranquilizarme.

—nadie, solo alguien de mi pasado.

—pareciera querer estar en tu presente de nuevo.

—justamente eso... ¿Tu qué piensas?

—no conozco el contexto Ethan, si tuviera que opinar te diría que recuerdes a su yo del pasado y pensaras si es bueno tenerlo de nuevo a tu lado o no.

—pero las personas cambian...

—entonces haz como que es una persona nueva a la que recién conoces.

Tal vez, después de eso, Koran recordará esa cita como la peor cita de toda su vida, si es así nunca lo sabré pues cuando recobré el sentido jamás me dijo nada, ni después.

Curiosamente, olvidé algo ese día. Si bien, el mismo día en que Cassian me atacó revisé el horario de mi celo, en él decía que estaba por llegar y el día en que se tenía previsto que llegaría.

Había olvidado por completo eso, y acepté la salida con Koran, era tal la emoción que sentía que ignore por completo el aroma más intensificado de mis feromonas y los leves mareos que me llegaron antes de partir, y en medio del restaurante colapsé.

Veía las caras de las personas en las otras mesas, incomodidad, pero yo solo podía mirar al dulce Beta frente a mi, él no mostraba incomodidad alguna y eso era suficiente para mí.

Me sentía sudoroso, podía sentir el camino que tomaban las gotas de sudor para surcar mi rostro y empecé a ver borroso, poco a poco la voz de Koran se hizo lejana y lo último que logré ver fue su rostro preocupado antes de caer en una negra oscuridad.

Poco después empecé a recobrar los sentidos, y a lo lejos escuché su voz.

—esta despertando, Dante sal de aquí.

Con mi vista apenas recuperada pude ver a Dante salir de lo que era una habitación, mi habitación, y frente a mi estaba él, pude escuchar una exhalacion de su parte para después sonreír.

—parece que existe una entidad a la que ignoramos que nos quiere juntos, ¿No lo crees, pequeño cordero?

—puedo asegurarte que esas entidades pueden chuparme los huevos e irse a joder a otra parte, porque en lo que a mí respecta tu asquerosa existencia me repugna a niveles exorbitantes.

—deberias comportarte, te tengo a mi Merced en cualquier sentido.

—¿Qué haces aquí?

—si me preguntas más amablemente podría contestar.

—¿Qué mierda haces aquí bastardo?

—tan amable como siempre hermanito, pues bien, cuando te desmayaste en el restaurante tu puta llamó a Dante, y Dante me llamó a mi, el pobre estaba asustado, siendo tu un alfa Dante no sabría que hacer. Aunque él sabe que un alfa en celo es muy peligroso.

—bien, ya estoy bien, ahora lárgate.

—no, así no funcionan las cosas, tengo que atenderte adecuadamente — sonrió con malicia, y lo supe, estaba más que jodido y las putas entidades inexistentes me odian tanto como yo a Cassian.

—Cassian, tu cómo yo sabemos que un Alfa en celo no puede ser ayudado por otro Alfa, y menos uno que apenas va saliendo de su celo también.

—bueno, puede que haya una excepción en este caso.

—Dante no es estúpido, no puede dejarme aquí contigo, él sabe también de los celos de los Alfa.

—¿Pero sabes cómo hice para convencerlo?— guardé silencio, esperando su respuesta— le dije que en recesivos era diferente, y con eso cedió. Fue tan fácil dejarte solo, y en la boca del lobo.

JANNETH.

Brothers Love (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora