CAPITULO III

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Un hermano puede no ser un amigo,

pero un amigo será siempre un hermano.


Esa noche Jimin no pudo conciliar el sueño, buscaba una solución para no tener que ir a Nueva York, pero estaba por medio su trabajo, ese trabajo tan bien remunerado que le permitía poder gozar de ciertos beneficios y privilegios que no se logran tan fácilmente, gracias a la disposición y bondad del sr. Min., no, no podía fallarle, él había sido pieza fundamental en su desarrollo laboral y personal, le debía demasiado. Era estúpido y reconocía que hasta paranoico el pensar que nada más llegar a Nueva York, el desconocido lo estaría esperando, pero lo que debería de haber sido una noche loca y sin trascendencia termino siendo todo lo contrario y su vida nunca volvió a ser la misma. Se levantó completamente frustrado, tomo el monitor de bebé y camino hacia la habitación del pequeño Woozi, una lamparita de noche alumbraba tenuemente la cara de su pequeño ángel, el cual dormía plácidamente bocabajo, con un hilillo de baba saliendo de su hermosa boquita, su hermoso cabello negro caía sobre sus ojitos rasgados, Jimin se acercó y los aparto, el pequeño solo movió su naricita en desaprobación, le dio un suave beso en la frente, reviso una vez más el monitor y salió de la habitación, enfilándose rumbo a la cocina.

-¿No puedes dormir, verdad? - Decía Tae al tiempo que me entregaba una taza de té. -Deja de darle vueltas Jiminnie, no va a pasar nada, ese hombre sabe Dios donde estará en estos momentos, siempre has sido demasiado aprensivo y das las cosas por sentado, pero tu mismo te das cuenta cuando no es así, haber dime, ¿este viaje es de negocios o los que acostumbra "cascarrabias" para tirarse su canita al aire?

-No le digas así, y no andes diciendo esas cosas, ya te lo dije Tae, un día cometerás una indiscreción y yo no hare nada por salvarte de la regañiza que recibirás -. Al tiempo que da un sorbo a su te, Jimin mira a su amigo en total desaprobación.

Tae y Jimin se conocen desde pequeños, vinieron juntos a Seúl, recién desempacados de la universidad, sus inicios no fueron fáciles, pero poco a poco fueron escalando, siempre compartieron todo, tristezas y alegrías, ahora compartían departamento, no podían vivir separados. No siempre están de acuerdo en todo, sus peleas son épicas, al grado que Jin, al ser mayor de ellos, tiene que intervenir para separarlos o para reconciliarlos, como la vez "del incidente dumpling" como Jin termino nombrando la catastrófica pelea y ellos pasaron más de dos semanas sin dirigirse la palabra y su Hyung era el recadero de ambos, hasta que, este exploto y los obligo a sentarse a limar diferencias, todo termino en lágrimas para los menores, que prometieron no volver a pelear, cosa que no sucedió.

-Se que para ti estoy siendo paranoico-. Al tiempo que se sienta en el mullido sofá de su sala y Tae junto a él. -Y si, tienen razón tal vez estoy sacando las cosas de contexto, pero ambos sabemos lo que significo ese viaje y las decisiones que terminaron trastornando mi mundo y de alguna manera el de ustedes también-. Asevera un exaltado Jimin, con todas sus emociones a flor de piel. -Ese desconocido que ni siquiera se ha de acordar de lo que paso, continuo con su vida como si nada ¿pero yo? creí que sería igual ¡y mira lo que sucedió! - señalando el monitor de bebé que estaba a un lado de Jimin. -No estoy arrepentido, al contrario, Woozi es lo mejor que me ha pasado en mi vida. -Sonríe nerviosamente al pensar en esa bolita de masa adorable que llego a iluminar su vida. -Pero es inevitable no pensar en ese desconocido, ¡cuando tengo una réplica casi, casi exacta corriendo por toda la casa, recordándomelo a cada momento! ¿Dime cómo demonio lidio con eso? ¿Y ustedes solo me dicen que estoy exagerando? -He tratado de ser fuerte y seguir con mi vida, sé que es paranoico todo este discurso Tae, pero ustedes no están en mis zapatos, no saben lo que en realidad yo siento, siempre dicen que lo supere fantásticamente, y que nunca pensaron que el pequeño y paranoico Jimin estaría en pie como si nada, créeme Tae cuando te digo que cada día es una lucha constante en mi interior, algo que oprime mi pecho hasta doler, no saber que le diré a mi bebé cuando empiece a bombardearme con miles de preguntas por su papá, ¿porque no está aquí con nosotros, como se llama? ¡ni siquiera puedo darle un nombre ni un rostro! ¿! por qué no se quien demonios es!? La zozobra constante de no saber cómo me juzgara por haber hecho lo que hice, que nunca podre darle lo que todo niño quiere, ¡una familia Tae! ¿Me entiendes?

Si tiene que ser... seráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora