Extraño una parte de mí,
esa que se fue contigo.
La búsqueda de casa se estaba volviendo una tremenda locura, nada parecía complacer al sr. Min, nada parecía ser de su agrado, muy chica, muy grande, no tiene jardín, más ventilada, más luz natural, no tiene privacidad, muy céntrica, muy tradicional, muy moderna.
—¡Aghhhh, me está volviendo loco Tae, lo juro! Hemos visto casi todas las casas del barrio y nada parece ser de su agrado, le sugerí pisos, incluso dúplex, pero no acepta nada.
Jimin cargo al pequeño Woozi y lo puso sobre sus piernas para ponerle el suéter.
—¿Me estas escuchando Tae?
—Perdona Jiminnie aquí en la oficina no la estamos pasando nada bien y encima estamos a fin de año, ya sabes cómo se pone esto, mira cariño no te compliques, creo que no es con él con quien debes sentarte y escoger casa, si no con "ya sabes quién"— bajando la voz en estas últimas palabras y volteando a todos lados buscando que nadie lo hubiese escuchado, al otro lado del teléfono se encontraba Tae atareado de trabajo.
—Opino igual, pero no sé cómo lo tomara si le digo que "el" valla conmigo a ver casas, al parecer no quiere que nadie sepa de su existencia, todo esto se ha vuelto un misterio, hasta conmigo está muy hermético—. Jimin se movía por la cocina de su casa con el teléfono sostenido contra su hombro mientras guardaba los alimentos que había vaciado en los contenedores.
—Bueno, no es para menos, si es lo que platicamos, su familia no lo vera bien, sabes cómo es de conservadora su madre y hermano, de verdad quisiera seguir hablando contigo Jiminnie, pero tengo que volver al trabajo, espero poder verte, pues desde que llegaste no te he visto ni el polvo, si salgo temprano te mando mensaje y si puedes vamos a comer por allí, ¿ok?
Un largo suspiro se oye a través de la línea. —Está bien Tae, te veo más tarde, besos—. Jimin colgó y se dirigió al cuarto de Woozi, este se encontraba jugando con sus juguetes.
—Muy bien mi bebé estamos listos, solo deja que me cambie y tu hoy te convertirás en el asistente personal de papi, ¡ohhh espera, falta tu corbatín para que seas todo un ejecutivo. Mírate nada más, ¡tan apuesto! Haber... Woozi voltea, foto para papá, acá bebé voltea, mírame—.
El pequeño Woozi solo atina a mirar a su padre hablando raro.
—Listo, ahora si bebé, me cambio y nos vamos porque ya voy retrasado, mmm maletín, pañalera, mmm, creo ya no olvido nada, espera a papá aquí, ahorita regreso bebé.
Cada que Jimin llegaba a llevar a su hijo a la oficina obtenía dos tipos de reacciones, la primera abarcaba de recepción a los elevadores, era tan incomodo recorrer ese tramo, las miradas de curiosidad, asco o rechazo aunado a los cuchicheos mal intencionados hacia su persona eran bastante incomodos y el no manejaba muy bien la mala critica, pasaba lo más rápido que podía y hacia oídos sordos, siempre llegaba a la empresa rogando que el elevador no tardara tanto, una vez dentro podía relajarse. La otra era cuando salía del ascensor y cruzaba el vestíbulo que conducía a presidencia con el pequeño Woozi encajado en sus caderas, inmediatamente el ambiente cambiaba, en cuanto el personal se percataba que Jimin no iba solo, todas automáticamente dejaban de hacer lo que estaban haciendo y corrían a su encuentro, nada más llegar a él, le arrebataban al pequeño, el cual gozaba de mucha popularidad en la oficina.
—Buenos días chicas, ¿cómo están todas?
—¡Bien! — Contesto un coro de voces femeninas al unisonó, sin siquiera voltear a verlo, toda la atención estaba centrada en el pequeño Woozi.
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Si tiene que ser... será
FanfictionDos extraños coincidiendo en un bar, con la atracción a flor de piel, deciden pasar la noche juntos, con una única condición, sin preguntas, sin saber nada el uno del otro, solo dejarse llevar por la pasión que los devora lentamente, con ese acuerdo...