CAPITULO IV

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No podemos huir de sentir miedo,

Pero no debemos dejar que el miedo

Nos haga huir.




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A bordo del Airbus Jimin trato de tranquilizarse, pero era un manojo de nervios, trato de calmarse y recordar las palabras de Tae, "todo va a salir bien, solo ve y diviértete, no va a pasar nada," sus dedos tamborileaban sobre el reposabrazos de su cómodo asiento de primera clase y su pierna no dejaba de brincar.

-¿Sucede algo muchacho?, desde que llegamos al aeropuerto no has dejado de morderte las uñas, estas distraído y has querido decirme algo y nomás no terminas de hacerlo, ¿vas a decirme o seguiré adivinando? -Decía el sr. Min al tiempo que ojeaba el periódico.

Conocía al muchacho ya hace 5 años, sabía que era nervioso, algo que con el paso de los años fue superando, y si llegaba a estarlo, casi nunca lo demostraba, a excepción de la vez que presentó su renuncia en medio de llantos y excusas, pidiendo perdón, por algo que ni él sabía que era. Definitivamente algo le pasaba a Jimin.

-No... no... es nada sr. Min, deveras, ya sabe, los nervios de volar-. Jimin no podía controlar sus nervios al hablar, se había convencido hasta hace unas horas que, encontrar a "Mr. X" como termino nombrándolo, era una posibilidad de una en un millón, Tae tenía razón y estaba haciendo una tempestad en un vaso de agua.

-Mmmmm...- no muy convencido el sr. Min deja el periódico de lado, volteando a ver al manojo de nervios que tenía en la cabina de al lado. -Tu, pequeño mentiroso, superaste tu miedo a volar hace tiempo, así que no me vengas con eso, ¿No querrás presentar tu renuncia nuevamente verdad Park? -Mirándolo esta vez fijamente, para poder ver su reacción.

-¡QUE! - Los ojos de Jimin casi se salían de sus orbitas, ante semejante aseveración. - ¡Sr. Min, como se atreve siquiera a pensar eso! Es solo que, de verdad estoy nervioso por el vuelo, son muchas horas-. Jimin estaba completamente descompuesto, sus manecitas se apretujaban entre si y unas perlas cristalinas empezaban a surcar su bello rostro, evitando mirar a su jefe que a estas alturas ya estaba empezando a perder la paciencia, lo sabía.

El sr. Min, lo observo con detenimiento y vio lo mal que el muchacho lo estaba pasando, así que sin más se aventuró a decir: -¿Es por qué vamos a Nueva York, verdad? -Jimin solo empezó a hiperventilar de una manera exagerada. -Tu forma de reaccionar solo confirma lo que ya venía sospechando, no había querido preguntarte nuevamente, porque te mantuviste totalmente hermético sobre el tema, y yo decidí aceptar tu decisión, pero tu actitud no hace más que confirmar mis dudas. Te lo pondré de una manera que no resulte tan bochornosa para ti, aunque sé que inevitablemente te incomodara. -¿Te embarazaste en Nueva York, hace cuatro años verdad?

Si tiene que ser... seráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora