Me apoderaré del destino
agarrándolo por el cuello.
No me dominará.
(Beethoven).
"Damas y caballeros, en este momento son las 8:45 pm, tiempo de Nueva York, con una temperatura de 6 grados centígrados, al comenzar nuestro descenso, por favor, asegurarse de que los respaldos de sus asientos y las mesas de las bandejas estén en posición vertical. Asimismo, abrocharse el cinturón de seguridad y que todo el equipaje de mano este guardado debajo del asiento que esta frente a usted o en los compartimentos superiores. Los asistentes de vuelo estarán pasando por sus asientos para hacer un control final de cumplimiento y recoger las copas y vasos restantes. Gracias."
Los altavoces anunciaban el fin del vuelo, Jimin aún bajo los efectos del narcótico que empezaba a disminuir, se incorporó, empezó a seguir las indicaciones, buscando sus efectos personales para guardarlos en su maletín, cuando abrió su cabina, se encontró con su jefe hablando con la azafata, este al verlo solo sonrió.
—¿Listo muchacho? Estamos por arribar, dormiste bastante y no quise despertarte para comer, ¿comiste algo?
—Si, usted estaba dormido, así que pedí algo ligero de comer, gracias.
Ambos tomaron asiento y se prepararon para el aterrizaje, cada cual sumido en sus propios pensamientos.
"A nombre de Airbus Group y toda la tripulación, me gustaría agradecerles por acompañarnos en este viaje y esperemos volver a verlos a bordo en un futuro cercano. Espero se diviertan y tengan una buena estadía."
Esta última frase hizo reír a Jimin, ¿divertirse? Era lo que menos haría en Nueva York, aunado a que aún no sabía qué hacer, quedarse o irse, las palabras del sr. Min aun daban vueltas en su cabeza, pensó que a los ojos de su jefe se estaba comportando como un cobarde, y ese sentimiento de decepción hacia él, no le dejo un buen sabor de boca.
Estaban esperando sus maletas frente a la banda, Jimin abrió la boca, pero un rápido movimiento de mano de su jefe le dio a entender que debía guardar silencio, recibieron su equipaje y se dirigieron a la salida, ya los esperaba un automóvil contratado con anterioridad, hicieron el recorrido hacia el hotel en silencio.
—Muchacho, ¿Has decidido que harás? Porque si decides irte, no te obligare a quedarte en el hotel. Pero como comprenderás dejare abiertas ambas reservaciones, yo saldré por la mañana, así que necesito saber qué harás.
Jimin volteo hacia la ventana y observo el imponente edificio que se levantaba frente a él. Tomando un gran respiro, miro a su jefe. —Vamos, necesita descansar, para salir mañana temprano sin demora—. Estaba a punto de abrir la puerta, cuando sintió un fuerte agarre en su pierna izquierda, impidiéndole moverse, instintivamente trato de zafarse del agarre del sr. Min, este al sentir su reacción, quito su mano inmediatamente. —Disculpa, no era mi intención asustarte, solo quiero saber si estás seguro de lo que vas a hacer, te aprecio muchacho, no deseo que te sientas presionado y hagas algo que a la larga perjudique nuestra relación tanto laboral como de amistad, en este tiempo juntos has llegado a ser como un hijo para mí, tú y el "pequeño torbellino" podrían por así decirse, considerarse lo más cercano que tengo a una familia—. Esta última frase denotaba cierta tristeza que nunca antes había visto reflejada en la voz de su jefe, y no pasó desapercibida, Jimin guardo silencio por un momento. —Sr. Min, agradezco que usted me considere algo más que un empleado, sabe que es bien correspondido, usted ha sido como un padre para mí, y me ayudo cuando más lo necesite, pensé sobre lo que me dijo en el avión, y tiene razón, no puedo vivir huyendo, si quiero avanzar y ser mejor, tengo que enfrentar mis temores y creo que debo empezar ahora mismo. Me quedare en el hotel y esperare su regreso, aprovechare y hare compras navideñas, otra oportunidad así, no se me presentara, ¿no lo cree? — Con una media sonrisa Jimin tomo las manos del sr. Min y les dio unas palmaditas a modo de agradecimiento.
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Si tiene que ser... será
FanfictionDos extraños coincidiendo en un bar, con la atracción a flor de piel, deciden pasar la noche juntos, con una única condición, sin preguntas, sin saber nada el uno del otro, solo dejarse llevar por la pasión que los devora lentamente, con ese acuerdo...