Las cosas no ocurren por casualidad en este mundo de surgir y desaparecer.
No vivimos en una especie de universo loco y accidental.
Las cosas ocurren de acuerdo a ciertas leyes, leyes de la naturaleza.
Leyes como la ley del karma, la cual nos enseña, que debido a que se sembró una semilla,
Un fruto saldrá.
—Ya estoy afuera señor Jung.
—En un momento salgo muchacho, dame cinco minutos.
Mientras corta la llamada, Jimin observa a su retoño a través del espejo retrovisor, se había quedado completamente dormido. —Ese padrino tuyo es un consentidor, mira que darte una bolsa completa de dulces para ti solo, ahora pareces un angelito que no rompe ni un plato Woozi, pero hace rato casi arrasas con la oficina.
Unos golpes en la ventanilla lo devuelven a la realidad, un sonriente Eunhyuk se sitúa en el asiento del copiloto al tiempo que saluda. —Buenas tardes Jimin.
—Buenas Tardes Sr. Jun, ¿Listo para ver casas?
Asiente, al tiempo que el auto se pone en marcha.
—En esa carpeta—, señalando con la cabeza — están las propiedades que creo es lo que está buscando y en esa otra, la roja están todas las que el sr. Min ha descartado, si alguna le gusta podemos ir a verlas, es solo cuestión de que usted me diga por cual quiere empezar—. Jimin continúa manejando, dándole tiempo para que decida por donde quiere empezar.
Por unos minutos Eunhyuk revisa las casas de la primera carpeta, la deja a un lado, toma la carpeta roja y mira con detenimiento las que fueron descartadas, Jimin lo observa por el rabillo del ojo, no puede negar que está nervioso, empieza a pensar que tal vez será más difícil complacerlo a él, que, a su quisquilloso jefe, por fin, después de unos minutos que para Jimin parecieron siglos, Eun cierra las carpetas y las deja sobre el tablero.
—¿Y bien, que le parecieron sr. Jung, por cual le gustaría empezar?
Mirando por la ventana y aspirando fuerte, voltea, me mira con esa sonrisa imperturbable y mirada traviesa, para por fin hablar. —Jimin, todas las casas son hermosas, se ve que te has esforzado bastante y te lo agradezco, veo que Dongie te ha hecho trabajar tiempo extra, muchas de las casas que el descarto son preciosas, no sé ni por cual empezar.
—Gracias sr. Jung; es mi trabajo y lo hago con mucho gusto, ¿alguna casa por la cual le gustaría empezar?
—Mmmmm ¿qué te parece si me sorprendes Jimin?
—¿Cómo sorprenderlo, no entiendo? — aprovechando el alto, voltea a ver a Eun el cual solo lo mira y levanta los hombros divertido—, si, sorpréndeme, hazme un recorrido por las casas que tu creas que podrían ser las adecuadas para mí, sabes lo que busco, solo indícame el camino y yo sabre seguirte, ¿Qué te parece?
Si le hubieran dicho a Jimin que iba a ser tan fácil buscar casa al lado del sr. Jung; lo hubiera hecho desde un principio, con una sonrisa en su rostro, puso el auto en marcha y se dirigieron a la primera casa. El camino fue alegre, Eun se sorprendía de lo mucho que había cambiado Corea desde que él se había marchado, recordaba algunas cosas, como la panadería Delica Hans que aún existía y a la cual dijo le diría al señor Min que lo tendría que llevar, o los pasteles de arroz que vendían en las intersecciones, compro y probo, parecía un niño que nunca lo dejaban divertirse, tenía una sonrisa tan encantadora que Jimin pudo entender porque el Sr. Min esta tan enamorado de él, también se sorprendió de la modernidad que había, miraba todo con gran entusiasmo y asombro, cuando menos lo pensaron ya estaban frente a la primer casa, que para gusto de Jimin reunía todos los requisitos que buscaban.
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Si tiene que ser... será
FanfictionDos extraños coincidiendo en un bar, con la atracción a flor de piel, deciden pasar la noche juntos, con una única condición, sin preguntas, sin saber nada el uno del otro, solo dejarse llevar por la pasión que los devora lentamente, con ese acuerdo...