𝐌𝐚𝐪𝐮𝐢𝐚𝐯𝐞𝐥𝐢𝐜𝐨 - 𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣

No te entiendo pt2

mery

Espero que este capítulo compense al anterior que fue muy cortito y soso.
Espero que lo disfruten
mini spoiler: contiene +18
💗

BLAIR

Conducí muy malhumorada por culpa de Miller. ¿Quién se creía? Le iba a dar una última oportunidad, a la próxima lo torturaría de una manera tan desagradable que me suplicaría por su vida.

Paré en seco en mitad de la carretera cuando me di cuenta de los pensamientos que estaba teniendo.
¿Realmente valía la pena acabar con la vida de alguien solo por llevarme la contraria?
No era algo de mi estilo, ni si quiera sabía si mi padre lo hacía o no. Él siempre me mostraba su mejor parte.

¡Piii!, ¡piii!

El coche de detrás pitó haciendome reaccionar. Seguí el camino hacia casa.

Una vez que entré a casa sonreí al ver a Victoria.

—¡Victoria! Tengo tantas cosas en la cabeza que no recordaba que hoy volvías de tus vacaciones.

—Lo sé, no te preocupes—La rubia me regaló una sonrisa.

—Si me hubiese acordado no hubiese dejado la casa tan desordenada, tienes un hijo pequeño al que cuidar y te habrás pasado toda la tarde aquí...

—Blair—Me interrumpió.—Es mi trabajo y tú mi jefa. Agradezco todo lo que haces por mí pero no te preocupes más.

—Bien.—Sonreí—Si me disculpas voy a mí habitación.

La presencia de Victoria me alegró el día. Era mi sirvienta aunque nunca la traté como tal. Ella antes era prostituta ya que era su única manera de conseguir dinero rápido teniendo tan poca edad y un hijo, desgraciadamente el padre los abandonó y yo la encontré al poco tiempo de mudarme, en un bar a punto de intimar con un hombre mayor y asqueroso.
Los interrumpí y la saqué de ahí al ver que ella estaba a punto de llorar, ahí fue cuando me contó todo y decidí darle trabajo.

Subí lentamente las escaleras bastante cansada mientras desabrochaba los botones de mi blusa.
Abrí la puerta y entré en la habitación. Solté un grito ahogado cuando alguien me agarró de la cintura y tapaba mi boca para que no gritase. En seguida supe quien era por su toque y su olor.

Joder olía tan bien

—Hola preciosa—Dijo muy cerca de mi oreja con una voz grave.

Dejó un suave beso en mi cuello haciéndome estremecer por el frío del aro de su labio.

En ese momento podría haberme movido, haber hecho algo para soltarle de mí, hacer algún truco o llave de defensa personal.
Pero no hice nada.
Me quedé quieta, y aunque en ese momento no lo admitía, me quedé disfrutando de su cuerpo pegado al mío.

Una vez que él deshizo su agarre, di media vuelta para mirarle.

—Tom ¿Qué? ¿Cómo?

Tenía tantas preguntas que ni si quiera podía formularlas.

—No preguntes, ven conmigo.

...

Silencio.

¿Nosotros no estábamos en guerra? ¿Era una trampa? ¿Qué pensaba hacer?

—No.—Respondí en seco.—Me declaraste la guerra y como no salgas de aquí te juro que te mataré aquí mismo—Me separé de su cuerpo.

—Lo hice, pero no de la manera en la que tú piensas. Yo creo que los dos pasamos de buscar mas gente y gastar miles de dólares en ejércitos y armas.