¿Quién es ella?

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—¡¿A QUIEN?!— dijo papá.

Papá se acercó a mi y sus ojos furiosos conectaban con los míos.

—Dime por favor que ha sido una coincidencia, que no sabías que Tom iba a ir.—continuó

...

silencio.

—Joder Blair.—suspiró.

—No pasó nada, te recuerdo que nadie sabe quién soy.

—Pero aún así...

—¡AÚN ASÍ QUE!—cerré los ojos y respiré un momento—llevo encerrada unos doce años aproximadamente, la gente piensa que morí junto a mamá. No va a pasar nada porque alguien me vea unos minutos, tú te encargaste de que Blair Martínez estuviese "muerta".

—Sabes que fue para protegerte, para que no te mataran a ti también Blair.

—Lo sé papá. Me diste una vida plena aún estando dentro de esta finca durante tanto tiempo, literalmente me diste un campo entero para mí sola.
Pero después de tanto tiempo nadie va a intentar matarme, todos piensan que estoy muerta.

—Sí es verdad, lo siento solo...

—Solo eres un padre preocupado lo sé—me acerqué y dejé un beso en su mejilla.

—Te quiero Blair.

(...)

TOM

Niñata asquerosa, gilipollas, estúpida, hija de...

—Tom—Mis pensamientos fueron interrumpidos por mi gemelo.

—Mhm.

—¿Podrías dejar de clavar la navaja en la mesa?

Miré la mesa, no me había dado cuenta hasta ahora. En algún momento debí de coger la navaja que siempre portaba conmigo.

—Perdón Bill.—Suspiré enfadado.

—¿Sigues picado porque una chica te haya ganado?

Fruncí el ceño.

—No.

—Uy yo creo que sí—Bill rió.

—Es que... ¿Por qué? ¿Quién es ella?

—No se, pero es buena—respondió Bill.

—Y está buena—añadí yo.

Bill que estaba a mi izquierda del sofá de la sala de estar giró su cabeza para mirarme.

—¿La odias o te la quieres follar?

—Que más da, las dos.

Bill volvió a reír y yo sonreí porque su risa siempre fue muy contagiosa.

Me levanté y cogí de nuevo las llaves de mi deportivo que estaban encima de la mesa.

—¿A donde vas?—Preguntó Bill.

—A buscar respuestas.

Cerré la puerta de un portazo y me dirigí a mi deportivo plateado.

Entré y aceleré, iba lo más rápido que pude ya que los nervios de saber quién era me comían por dentro

¿Por qué tanta obsesión Tom?

Me pregunté a mí mismo.

Tal vez por su físico... nah no era mi tipo de mujer.
¿Por ganarme? podría haber sido una gran opción, pero la que realmente hizo que me llamase la atención eran sus ojos marrones. Mientras se enfrentaba a mí no había ni una pizca de miedo en su mirada, realmente esa chica tenía coraje.

𝐌𝐚𝐪𝐮𝐢𝐚𝐯𝐞𝐥𝐢𝐜𝐨 - 𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora