𝐌𝐚𝐪𝐮𝐢𝐚𝐯𝐞𝐥𝐢𝐜𝐨 - 𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣

Venganza

mery

holi holi
antes de empezar este capítulo os recomiendo que escuchéis traitor de Olivia Rodrigo, es la canción que mejor podría describir este capítulo (o al menos una parte de el)
Ahora sí, a disfrutar.

TOM

Mi teléfono comenzó a sonar haciendo que ambos nos despertáramos.

-Apaga eso-Murmuró Blair adormilada.

-Déjame levantarme y lo apago.

Ella se quitó de encima mía y yo me levanté para coger mi móvil. En la pantalla ponía el nombre de Gustav..

-Es Gustav, en seguida vuelvo.

Descolgué el teléfono mientras salía de la oficina y cerraba la puerta.

-Gustav ¿Tienes idea de la hora que es?

-Sé que son las cinco de la mañana pero tengo que hablar contigo-Su voz era seria.

-Te escucho.

-He estado investigado a fondo y Blair no es quien dice ser.

-¿Qué? No puede ser, me enseñó su carnet de identidad.

-Tom, es la primera vez que te veo siendo tan iluso.

-Cuéntame lo demás.

-Está bien. Ella sí se llama Blair pero su apellido no es Davis, si no Martínez. Te enseñaría una documentación falsa.

-¿Martínez?

-Sí Tom, Martínez.

-Imposible que sea la hija, lleva muerta años.

-O Martínez la ocultaba para esto.

-Deja de ser tan misterioso y suéltalo todo Gustav, me estas poniendo de los nervios.

-Todo era una farsa, en unas horas escucharas coches acercándose y será un ejército de sus hombres, vuelve a casa Tom.

No podía creerlo, no... ¿Sería tan cruel como para hacer eso? Claro que lo era, yo maté a su padre hace un par de años, su sed de venganza era mayor.

-No, tened cuidado vosotros por si descubren la localización de la casa, yo tengo una idea y necesito que llames a todos y cada uno de nuestros chicos, que vengan todos al pub y que sobre todo sean sigilosos.

-Como digas.

-Gracias por todo Gustav.

Colgué la llamada un poco apenado. La primera vez que lograba confiar en alguien y me la tenían jugada, como podía haber estado tan ciego.

Entré sigilosamente en la habitación. Observé como los rayos de la luna traspasaban los ventanales dando justo en la cara adormilada de Blair, como su pelo azabache parecía más brillante y sus labios carnosos estaban entre abiertos.

-Lo siento preciosa-Susurré.

Fui hacia mi escritorio y agarré un par de bridas, un pañuelo, una pistola y el somnífero.

Todo mafioso tenía que tener algo por precaución.

Eché unas gotas de somnífero en el pañuelo, me acerqué a ella y puse el pañuelo en su nariz para que lo inhalara bien. Eso me daría más tiempo antes de que se despertara.

Agarré su lindo cuerpo y la senté en la silla con ruedas del escritorio. Observé como ella solo tenía puesta mi camiseta y sus pantys. Aparté mi mirada de ella y amarré sus manos y sus pies a la silla con las bridas. Por último, me vestí y me puse un chaleco antibalas.