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*En este capitulo se hablan temas de auto lesión*

Max

Carlos era un buen compañero, y tenía la sensación de que no duraría mucho con él. Quería más, quería subir a la cima. Estar donde estaban Vettel, Ricciardo y muchos más que habían pasado por ahí. Estar compitiendo contra campeones del mundo solo me motivaba más. Algunas veces, veía a una chica que se parecía a Diana y entornaba los ojos para averiguarlo, pero exactamente, solo se parecía. Y menos mal. No quería volver a saber de ella. Después de haber ido diciendo por ahí que me la había follado, me sentí mejor dándole su merecido por haberme dejado de aquella manera. Sin volver a verla, no volver a saber como estaba. Éramos mejores amigos.

–¿Y esa cara? –me pregunta Carlos mientras cierra el tapón de su botella.

–Mi ex mejor amiga ha dicho por mi instituto que me la estaba follando.

–Una polla.

–Sí.

–Qué putada. ¿Cuánto tiempo llevabais siendo amigos?

–Desde peques hasta que tuvimos trece años diría.

–Joder, eso es mucho tiempo... Qué pereza –me reí ante su tono. Siempre encontraba la manera de hacer una broma de algo serio.

–Ya, si. Supongo que sí.

–¿Te imaginas que aparece por aquí?

–Correré por mi vida.

–No exageres tampoco –se río.

–Te lo juro.

Porque sabía que en cuanto esa chica volviera a verme me iban a llover hostias. No quería recibir golpes otra vez, a ser sincero. ¿Me las merecía? Sí. Pero ahora mismo no me sentía mal, se lo merecía. Si le pasaba algo malo, pues lo sentía, pero no iba a ayudarla. No después de dejarme en ridículo de esa manera. Escribí a un amigo mío de allí para decirle que dijera que ella era la que hacía las cosas incómodas y que no quería nada con ella ni lo tuve nunca. Y si ella replicaba con algo, iba a conocer de lo que yo era capaz.

Diana

2016

Había pasado un año desde aquel incidente en el instituto. Un incidente que se alargó más de lo previsto, porque aún seguían machacándome con eso. Dijeron que en la universidad podría olvidarme de todo, así que, me motivé en acabar.

–No entiendo cómo no se cansan aún... –Mayla me acaricia el pelo.

–Estoy cansada... –me puse las manos en la cara. No podía más.

–Estamos a punto de acabar.

–Sí...

–Aguanta un poco más.

–¡Zorra!

–Mira, estoy harta –Mayla se levantó de su silla para ir a por el responsable.

El bullying que estaba sufriendo desde hacía un año era dolorosamente insoportable. ¿Por qué me tenía que tocar a mí? ¿Por qué él no pagaba también?

Llegué a casa un día más, cansada. Sin ganas de nada más que tumbarme y no moverme de ahí.

–Diana, ¿estás bien? –se asoma mi padre.

–Hace un año que no estoy bien.

–¿De verdad has dejado que te afecte?

–¿De verdad me estás diciendo eso, cuando me llevan dejando de PUTA hace un año por culpa de Max?

𝐦𝐚𝐝 𝐦𝐚𝐱: 𝐥𝐨𝐬 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora