CAPÍTULO 15: Tormento

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El joven anbu, Seiji Yudaina, anfitrión y protector de la hija del señor feudal del país del fuego, no entró al recinto donde la joven había sido invitada. Apenas se enteró a quien iría a visitar hizo notar su desagrado y solo optó por esperar en la entrada de aquella mansión. Se recostó sobre una columna y empezó a observar como en el cielo un hermoso color naranja comenzaba a colorearse, era de las personas que disfrutaban observando la belleza que podía ofrecer el firmamento cuando atardecía.

Sus ojos empezaban a ceder al cansancio y poco a poco sucumbía al sueño, cuando de pronto escuchó unos pasos agitados a unos metros de donde se encontraba; reaccionó de inmediato volviendo a incorporarse rápidamente para ver de quien se trataba. Y entonces la vio, hecha un mar de lágrimas, sollozando desesperadamente, tratando de limpiar sus lágrimas con una de sus muñecas. La castaña partió rápidamente alejándose de aquel lugar y él solo observó confundido. 

- Tenten - dijo para sí mismo sin apartar su mirada de la joven, quien se alejaba dejando un rastro de dudas y desconcierto al muchacho.

La incertidumbre empezó a invadir su cabeza y un dilema nacía en su interior, por una parte, quería ir tras ella y consolarle de lo que sea que le afectara, y por otra no podía abandonar su puesto de guardián y anfitrión. No vaciló demasiado y optó por lo primero.


*****

Neji no dejaba de ver hacia el lugar por donde partió la castaña, apretaba tan fuerte los puños por la impotencia que sus manos enrojecieron, su rostro lucia lúgubre, afligido, amargado, y la culpa de haberle roto el corazón a la mujer con quien había conocido el amor no se mitigaba. Lo había perdido todo.

- Hanabi-sama por favor, ayúdame a ir a mi habitación- dijo con desgano, mostrándose afectado por lo que acababa de pasar. Nadie dijo nada y ambas hermanas llevaron al muchacho a su alcoba.

Aiko solo lo observaba ignorando totalmente lo que ocurría, de igual forma Naruto quien bebía su te sin preocupaciones, por el contrario a Hiashi que muy inteligentemente percibió cierto comportamiento fuera de lo normal en ambos compañeros de equipo. Sentía que entre su sobrino y aquella muchacha de cabellos castaños había algo más que una sólida amistad.


*****


Corrió desesperadamente hasta llegar a los campos de entrenamiento, sus pies inconscientemente le llevaron hasta ahí; su cuerpo sucumbió de rodillas sobre la fresca hierba y dirigió su puño derecho hacia su pecho, golpeándolo varias veces, como recriminando a su corazón por haber despertado sentimientos que no debía hacia la persona incorrecta, reprochándose a sí misma por haber creído que alguien como Neji Hyuga podía llegar a amarla. El llanto no cesaba y cada vez era más intenso, quería sacar todo el dolor que llevaba adentro, quería deshacerse de todo lo que le recordaba a Neji, quería librarse de todo ese tormento.

Recordó fugazmente cada momento que habían pasado juntos, cada beso, cada caricia, cada palabra y se negaba a pensar que todo había sido una vil mentira. Su mirada buscaba desesperadamente algo en el cielo que empezaba a oscurecer, como si el cielo le pudiera dar alguna respuesta a sus dudas; cerró los ojos y golpeó el césped con todas sus fuerzas desahogando toda la rabia que tenía en su interior, definitivamente no existía dolor más grande que ser lastimado por la persona que pensaste nunca te haría daño. Dolía demasiado.

Después de unas horas, las lágrimas ya se le habían secado pero el dolor aún permanecía. Tenía los ojos hinchados, la mirada perdida, las manos sucias y muy frías; era una noche helada y húmeda, pues ya hace varios minutos había empezado a lloviznar. La joven kunoichi de contagiante  sonrisa y de un grandísimo optimismo estaba destrozada, desquebrajada, no era ni la sombra de lo que solía ser habitualmente; no era más la joven feliz que alegraba el día a día a sus compañeros, ya no era la misma Tenten.

Sin Darme Cuenta (NEJIxTENTEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora