CAPITULO 37: Las intenciones de Hayato

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El sonido que provocó los cristales cayendo al piso alertaron a todos en la habitación.

Aiko llevaba consigo una bandeja con té para dársela a su padre, pero en el momento justo que estaba por entrar a la habitación, se dio cuenta que el Señor Feudal no estaba solo. De inmediato reconoció la voz de Hiashi, cuyas palabras sonaban desesperadas, agobiantes y un tanto desgarradoras, exponiéndole al Señor Feudal que toda la responsabilidad de lo acontecido era suya como líder del clan Hyuga y que solo él debía pagar por todos los daños. 

La joven se mordió los labios cuando las palabras del líder de los Hyuga le hizo rememorar cada momento de aquel trágico día, cuando vio al hombre que ella amaba declarar su amor a otra mujer mientras su dignidad era aplastada por la mirada penetrante de todas las personas presentes. Ojalá pudiera borrar todo de su memoria y empezar de nuevo, pero lamentablemente no podía, ni ella ni nadie lo olvidaría, y esa sería su cruz.

—...Soy yo responsable de Neji y como su superior, toda la culpa debe recaer sobre mi...

—No. Nadie más que yo pagará por los errores que he cometido.

El cuerpo de Aiko se tensó cuando reconoció la voz de la persona que interrumpió a Hiashi. Era Neji quien ahora hablaba y se adelantaba a las palabras de su tío. Su voz, como siempre, sonaba calmada, pero a la vez profunda, firme y a la vez apacible a pesar de la situación.

—Ruego por su perdón, su excelencia. Ni mi familia, y ni mucho menos la aldea, tienen la culpa de mi imprudencia.

—¿Llamas imprudencia a la humillación que le hiciste a mi querida hija?

Escuchar a su padre tratando de defender su honra solo habría más la herida. Odiaba recordar, odiaba vivir con la idea que no fue lo suficientemente capaz de hacer que Neji le amara y se odiaba así misma por eso, pero más odiaba que la primera persona a la que le depositó su confianza sea quien le halla arrebatado lo que nunca tuvo, el amor de Neji.

Una lágrima empezó a resbalar por una de sus mejillas.

—Se que lo que hice no tiene justificación, por eso estoy dispuesto a aceptar cualquier tipo de castigo, pero ni mi clan ni Konoha tienen que verse perjudicados por lo errores que he cometido.

—¿Acaso quieres librarte del juicio? Te advierto que no voy a dar mi brazo a torcer y así como humillaste a mi hija también serás humillado.

¿Juicio? ¿De qué juicio estaba hablando su padre? La confusión era evidente en el rostro de la joven Aiko, quien hasta ese momento no había oído nada con respecto a un juicio, pero ella no era tonta, ya empezaba a entender la situación, y era más que evidente que castigarían a Neji por haber roto el compromiso con ella.

No pretendo librarme de mi condena. Estoy dispuesto a aceptar cualquier sentencia sin importar las consecuencias...

¿Como era posible que el más prodigioso hombre nacido del clan Hyuga, sea capaz de sacrificar su honor por una mujer como Tenten?  ¿Acaso no tenía orgullo? ¿Acaso estaba dispuesto a humillarse frente a su familia por ella? Aiko no lo entendía, o más bien, no quería entender, porque no quería aceptar que el hombre al que ella amaba ame a otra.

—...solo le pido que escuche la propuesta que tengo para usted.

¿Propuesta? ¿De que hablaba Neji? ¿Qué es lo que quería proponerle a su padre? La cabeza de Aiko era un mar de confusiones.

La muchacha se acercó un poco más a la puerta y retuvo la respiración sintiendo que así podría escuchar mejor. Su corazón empezaba a impacientarse, evidenciándose en sus acelerados latidos, sus manos temblaban y apretaba con más fuerza la bandeja con te. Aunque no lo pareciera, el cuerpo de la joven estaba siendo corroído por la ansiedad y la incertidumbre que provocó el escuchar las palabras de Neji.

Sin Darme Cuenta (NEJIxTENTEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora