Esta historia narra la vida de nuestro personaje principal, a lo largo de Hogwarts Legacy. Así como las diversas situaciones y aventuras que acontecen, y las distintas relaciones que se crean entre los diversos personajes.
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Era un día de mediados del mes de Octubre. Me desperté y como cada mañana, salí a pasear. Me gustaba disfrutar del silencio y la soledad cerca de los terrenos del castillo. No obstante, aquel día fue diferente.
-Buenos días, señorita Leonetti-saludó cortésmente una profunda voz a mis espaldas.
Me encontraba a orillas del Lago Negro, cerca del embarcadero. Jamás pensé en encontrarme con nadie, menos a esas horas y aún menos encontrarme con un profesor.
-Buenos días, Profesor Sharp-correspondí a su saludo.
Pensé que pasaría de largo y seguiría con su camino, sin embargo, tomó asiento cerca de mí. Desvié la mirada en la dirección opuesta y fruncí los labios en señal de contrariedad. ¿Por qué se había sentado a mi lado? ¡Déjame disfrutar de mi soledad!
-¿Le incomoda mi presencia?-directo al grano, sí señor.
-Bueno. No esperaba encontrarme con nadie, señor-repliqué cortésmente.
-Me lo tomaré como un sí...-y diciendo esto sonrió. Jamás lo había visto sonreír así. En sus clases se mostraba como un hombre bastante serio y estricto, al que no le gustaban nada las bromas. Cualquier lo diría.
-No quería decir eso, yo...-intenté salir del atolladero en el que yo solita me había metido por ser brutalmente sincera.-Lo siento.
-No tiene que disculparse, señorita Leonetti. ¿Acaso cree que no sé lo que mis alumnos piensan sobre mí? Soy muy consciente de que no soy la persona más divertida de este castillo, y tampoco es algo que me quite el sueño.
¡Qué vergüenza! Y yo que sólo había salido a pasear un poco. ¿Por qué a mí?
-No es eso-medité unos segundos sobre sí debía o no contarle a mi profesor acerca de ser una completa inadaptada social.-No soy muy buena con las relaciones sociales, quiero decir. Estoy acostumbrada, desde muy pequeña, a pasar el tiempo completamente sola. No sé muy bien qué decir en ciertos tipos de situaciones. Y para ser sincera, tampoco es que me lleguen a interesar demasiado las relaciones sociales.
-¿Se considera usted una persona antisocial?-el profesor Sharp me evaluó con la mirada.
-No-negué.-Más bien soy asocial. No tengo interés en relacionarme con nadie. No siento la necesidad de estar rodeada de gente. No es una de mis prioridades en la vida. Disfruto bastante de mi tiempo en soledad.
-Interesante.
Desvió su mirada para observar el bello paisaje circundante. Los primeros rayos de sol aparecieron de entre las montañas. A lo lejos, se podían apreciar los primeros picos nevados de la temporada invernal. Y eso que aún no había llegado el invierno.
Después de compartir una pequeña parte de mi ser con mi profesor de Pociones, ya no no me sentía tan incómoda en su presencia. Estábamos sentados a una distancia prudencial, lo cual ayudaba a controlar mis nervios.
