14. El Baile de Navidad. La Sala de los Menesteres.

247 11 45
                                    

El Gran Salón Comedor estaba espectacular, la decoración era elegante y acorde con las festividades invernales. Habían retirado las cuatro mesas de los estudiantes, para dejar espacio suficiente y tener una amplia pista de baile. El cielo estaba despejado aquella noche, mostrando un precioso e inmenso firmamento estrellado. Un gran banquete se servía en la mesa de los profesores.

Todo parecía más mágico de lo que ya era. Al fondo de la sala, sobre la tarima, había una orquesta de música clásica, tocando una hermosa melodía. La reconocí al instante. Gymnopédie. La melodía acariciaba mis oídos, era como si me envolviera en un cálido abrazo.

Los comensales se congregaron en torno a la mesa del banquete, tomando un pequeño aperitivo mientras mantenían una charla superficial. Sebastian nos consiguió algo para picotear, mientras traía también un par de cervezas de mantequilla.

De repente, la atmósfera cambió radicalmente. La música se hizo más dinámica, más alegre. La gente empezó entonces a congregarse en torno a la pista de baile. Algunos profesores, los más atrevidos iniciaron entonces el baile.

-¡Venga! Vamos-Sebastian tiró entonces de nosotros.

Al ritmo del violín empezamos un baile de a tres. No pude contener mi sonrisa por más tiempo. Danzábamos en nuestra propia burbuja de felicidad, dejándonos envolver por el ambiente mágico. Dábamos vueltas y más vueltas. Sentíamos la emoción correr por nuestras venas. No quería que terminase aquella mágica noche nunca. A veces, bailábamos los tres juntos, otras, formábamos parejas, mientras que el otro se sentaba un poco a descansar. Me sentía inmensamente feliz, desbordante. Me sentía realmente afortunada por poder vivir estas experiencias tan grandiosas y crear estos recuerdos con las personas que más aprecio les tenía en mi vida.

Ominis Gaunt era mejor bailarín que Sebastian Sallow

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ominis Gaunt era mejor bailarín que Sebastian Sallow. Probablemente había recibido clases de bailes de salón, al pertenecer a una familia de nobles raíces. Por el contrario, Sebastian se mostraba tan patoso como yo, aunque eso no era un impedimento para Sebastian, pues parecía divertirse tanto o más que yo.

De repente, estando en uno de esos bailes conjuntos, en los que todos bailábamos con todos, cambié de pareja y me encontré entonces entre los brazos de mi profesor de Pociones, el señor Sharp

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De repente, estando en uno de esos bailes conjuntos, en los que todos bailábamos con todos, cambié de pareja y me encontré entonces entre los brazos de mi profesor de Pociones, el señor Sharp. No lo había visto venir. Es más, jamás habría pensado que el señor Sharp fuera un hombre al que le gustaran los bailes de salón. Y además, también estaba la lesión de su pierna, la cual le impedía andar con normalidad. Me sentí muy violenta en su presencia, recordando fugazmente su castigo. Pero no fue sólo eso lo que sentí. Me invadió una sensación cálida y excitante la cual no me permitía apartar los ojos de su rostro. Parecía como hechizada. Además, su contacto me estaba quemando la piel. ¿Por qué tenía que ser siempre así? ¿No podía simplemente odiar a mi profesor? Sería todo más fácil.

Hogwarts Legacy - A Love StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora