Capítulo 28: Adiós, adiós, adiós

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Durante los días siguientes, Snape hizo todo lo posible para aprovechar al máximo su tiempo con el pequeño Harry. Iban al patio de recreo o al parque todos los días cuando hacía buen tiempo y todas las noches él pasaba casi una hora leyendo y dándole mimos antes de acostar al niño.

Una vez que Harry estuviera en la cama, Snape bajaría al laboratorio con el Maestro Barclay. Cada día, sabía que estaban más cerca de finalizar las pociones y que su tiempo con el pequeño Harry pronto llegaría a su fin. Intentó no dejar que eso le afectara, pero se había encariñado tanto con el niño que era difícil no sentirse emocionado.

Ahora que la mayoría de los componentes estaban completos, Snape se unió al Maestro Barclay para desayunar temprano y así poder discutir la preparación de los experimentos para el reenvejecimiento. Snape todavía estaba muy firme en que no le daría nada a Harry que no hubiera probado minuciosamente. No había absolutamente ningún margen de error.

-Creo que deberíamos hacerlo lo más lentamente posible, volver a envejecer puede ser bastante doloroso a medida que los huesos crecen.- dijo el maestro Barclay.

-¿Deberíamos volver a envejecerlo por etapas?.- preguntó Snape.- Quiero que sufra lo menos posible.- 

-Estoy de acuerdo. Creo que podemos usar algunas de las ortigas negras para ralentizar el ritmo de envejecimiento. Podría ser excesivamente confuso para él psicológica y emocionalmente si pausamos el proceso y comienza a construir recuerdos en varias edades en el medio. Todavía no tenemos idea de cómo procesará sus recuerdos de la última semana.-

-Mmm.- dijo Snape mientras tomaba un sorbo de té. Dejó su taza y se pasó el pulgar lentamente por el labio inferior en señal de concentración.- Me pregunto si podríamos sedarlo. Tal vez dejarlo volver a envejecer lentamente durante la noche mientras está en un estado de sueño profundo. No quiero que quede traumatizado por todo el proceso. De esta manera se dormirá como si tuviera 5 años y cuando se despierte, vuelva a su mente y cuerpo de 12 años. Podría ser lo menos perturbador mental y físicamente.-

Barclay asintió mientras se secaba la perilla con una servilleta.- Esa es una muy buena idea, Severus. No sé cómo interactuarán los componentes del sueño sin sueños con las pociones que hemos creado, pero podemos realizar algunas pruebas con ello.-

-Estaba pensando en algo que podría proporcionar un nivel más profundo de sedación. Más bien como Draft of the Living Dead. O una variación adecuada que sería segura para un niño de su tamaño.-

Snape sabía que tenían que hacer esto, pero aun así le desgarraba pensar en ello. Realmente deseaba poder mantener a Harry así y darle una infancia completamente nueva, pero reconocía que eso nunca sería justo para el viejo Harry.

-Experimentemos con ambos. Veré si puedo lograr que el tiempo disminuya primero con las ortigas, y luego programaremos algunos de los ensayos con animales para pasar la noche con sedación.-

-Muy bien.- dijo Snape, asintiendo mientras se llevaba la taza de té a los labios. Tomó un largo y lento sorbo antes de continuar.- Estaré encantado de ayudarte a preparar todo esta noche después de que lleve a Harry a la cama.-

Barclay se puso de pie con su plato en la mano, dándole a Snape unas palmaditas en el costado del brazo mientras caminaba hacia el fregadero.

-Por favor, deje sus platos, Maestro Barclay. Yo me ocuparé de ellos después de darle de comer a Harry. ¿Por qué no va al laboratorio? Sé que tiene mucho que hacer hoy.-

-Gracias, Severus. Espero que tengan un buen día, muchachos.-

Snape le dio una media sonrisa mesurada.- Estoy seguro de que lo haremos. Pasaré cuando esté tomando una siesta, para ver si hay algo con lo que necesites ayuda.-

El aprendiz excepcional (Una historia Severitus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora