Samantha caminaba al lado de Félix, ambos avanzaban por los pasillos de las tiendas, a pesar de que querían tener una boda privada, ambos querían que fuera único, si, él pudo haber dejado a la pelirosa con todo el trabajo y que hiciera lo que ella quisiera, pero no se trataba de eso, se trataba de que ambos necesitaban participar en el evento que por fin alinearía sus almas en una sola.
Ella río cuando Felix hizo un chiste acerca de su despedida de soltero, aquella pareja era tan envidiable ante los ojos ajenos, ya que ambos eran personas con una buena estabilidad emocional como con un buen autoestima, por lo que los celos y las inseguridades no encajaban en su relación.
Si, de vez en cuando ambos se celaban, pero no porque desconfiaran del otro, no, claro que no.
Pero las personas se les acercaba al otro de una manera tan íntima, que el otro era sobreprotector.
— Mira esta es la tienda de anillos — indicó el pelinegro mientras la tomaba de las manos para arrastrarla detrás de él.
Al entrar el lugar era muy elegante y había joyas por doquier.
— Buenas tardes — una chica que trabajaba ahí salio de la nada captando la atención de la pareja —. ¿En qué puedo ayudarles?
— Estamos buscando sortijas de matrimonio — se adelanto la pelirosa en decir.
— Con mucho gusto puedo mostrarle los modelos que tenemos en la tienda y si ninguno es de su agrado, podemos mostrarle algunos que tengamos en el catálogo — indicó la chica de uniforme elegante que les había atendido.
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Desde afuera se podia observar a traves del cristal el interior del lugar, donde estaba una pareja de lado observado los anillos que habían en las vitrinas, ambos sonreían cómplices, para que después él le midiera el pequeño accesorio.
Entre sonrisas y susurros, eligieron la argolla que los uniría para toda la vida, al menos hasta donde lo quisiera el destino.
Felix entregó su tarjeta para pagar, mientras que Samantha lo miraba con los orbes iluminados, jamás creyó que estaría haciendo ese tipo de compras para ella, ni mucho menos a lado de sus parejas, pues con sus otras amigas, ella las había acompañado para comprar todo ese tipo de cosas, sus parejas jamás las habían acompañado.
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Al salir de la tienda, el pelinegro cargo con la bolsa, mientras entrelazaba los dedos con su pareja.
En el interior de ambos algo se senti cálido, se sentía, correcto.
Como si hubieran esperado una eternidad para encontrarse.
— ¿Ahora a donde vamos señorita? — cuestiono el chico.
— Tenemos que ir con el diseñador de bodas para la decoración — contestó ella mientras se subía al auto de su pareja.
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Esa tarde la pareja hizo todo lo que necesitaba realizar para los preparativos de la boda dejando por último el vestuario de ambos, porque Felix no podía ver el vestido de la novia y para que fuera justo, Samantha decidió no ver el traje del pelinegro hasta la boda como el lo haría.
Ese día el sol, la luna y las estrellas se enamoraron de aquella pareja.
Jamás habían visto un amor tan sano y verdadero.
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— ¿Entonces te vas con ellas? — cuestiono Felix por segunda vez viendo por el cristal del auto a Ari, Ama, Molly y Rocío.
— Si amor — dijo ella mientras dejaba un suave beso en su mejilla —. Nos vemos después.
Luego de eso la pelirosa bajo del auto y saludo a sus amigas, las cuales después de que Samantha les dijera algo que solo ellas escucharon, voltearon hacia atrás para despedirse con las manos en el aire.
Todas se subieron a la camioneta de Molly.
Irían a una tienda de vestidos de novias.
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Al llegar Samantha casi corrió al lugar, había pasado ya 1 año y medio desde que se habia enamorado de aquel vestido que miró por primera vez que fue con Molly por los vestidos de dama de honor.
Al empujar la puerta de cristal, sus ojos cafés se toparon con el vestido, pero entonces a sus oídos una voz se escucho.
— ¿Cuanto cuesta el vestido en la vitrina? — la pelirosa trago saliva, el vestido del cual se había enamorado desde hace años, era el único que estaba en una vitrina.
Un silencio se escucho.
La única que sabia de ese vestido de una manera indirecta era Molly.
— No está a la venta señorita.
— ¿Y por qué lo tienen en aquella vitrina? — cuestiono la chica.
— Porque si esta a la venta, pero no para cualquier persona.
— Tengo mucho dinero.
— Ese es el problema, no importa cuanto dinero nos ofrezca, ese vestido no es para cualquiera.
— ¿Y yo soy cualquiera?
— Si.
— ¿Y la pelirosa, las tres castañas y la pelirosa no? — menciono a Samantha y a sus amigas.
— De hecho para dos de ellas si esta a la venta, pero una ya esta casada y no quiso el vestido cuando vino con su pareja.
—¿Y quien se supone que si puede?
— La pelirosa.
Samantha se sorprendió.
— ¿Por qué? — la voz de la chica era más alta y molesta.
— Porque fue escogida por la luna y las estrellas.
HOLA FANTASMAS
¿me estreñaron?
Ayer iba a actualizar, pero ando muy enferma y me sentía de la mierda además de que no tenia inspiración.
Ustedes me piden final feliz y el mas cercano a eso es un efecto mandela *llora*
En lo de las amigas de Samy, no son Ari, Ama o Molly, son otras chicas.
N
os vemos en un mes ajjaja ahre
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Ghostin [Riverducción]
ספרות חובביםElla no quería vivir su vida con alguien mas. Ella solo lo quería a el.