Epílogo

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Mayo































Junio























Julio

















Agosto



























Septiembre






























Octubre








































Noviembre
























































Los pasillos del hospital eran abrazados por el frío del invierno, habían pasado siete meses desde que Félix habia caído en coma luego de haber resivido una herida de bala, ya que después de eso el chico cayó al suelo tan fuertemente que su cabeza había azotado contra el piso.

Era un milagro que Félix no hubiera muerto.

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Samantha caminaba del un lado a otro, había estado ahí desde que Félix fue internado, por lo que había dejado de pelear.

Amaba tanto el boxeo que dolía haber tomado aquella desición, pero sabía muy bien que él valía la pena.

Sus ojos se sentían pesados, hace meses que no dormía, ni comía bien.

Porque, luego de creer que su pareja habia muerto en medio de la lluvia y que pudo haber estado embarazada, todo dolía y nada la hacia sentir bien, nada le daba motivos para estar bien. Samantha ya no era la misma de hace siete meses atrás.

Aquella chica se había ido deteriorando con el paso de los dias interminables en aquel deprimente hospital, dejando a una nueva y diferente Samantha.

Pero apesar de sus drásticos cambios en su comportamiento, ella aún seguía amando de la misma intensidad al peli negro.

Después de todo, habian hecho votos, votos en el que ella prometía estar a su lado en la salud y en la enfermedad.

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Tomando un poco de agua del grifo, se mojo el rostro para mantenerse despierta. Los párpados le pesaban y su cuerpo le pedía a gritos poder recostarse tan solo unos minutos para dormir un poco.

Entonces su mirada se fijo en su reflejo en el espejo, sus cabellos habían dejado de ser rosas, ni siquiera recordaba cuando fue la última vez que había ido a retocarse el color.

Sus ojos viajaron por su cuerpo y rostro, estaba muy delgada, no solo eso, estaba más pálida de lo normal.

Claro que en todo ese tiempo Samantha pudo haber salido, despejar su mente, pero había hecho todo lo contrario.

Había puesto al mando a Rocío y a Aldo del negocio de su esposo mientras ella se quedaba en el hospital, sabía bien que ella debería hacerse encargado de todo, pero no quería abandonar el hospital y regresar para encontrarse con la noticia que en su ausencia su esposo había muerto, no se perdonaría eso.

Ghostin [Riverducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora