La Luz De Mi Reina (Saga Tu Luz # 3)

Capítulo: 13

Dos semanas después...

                           Enika.

Hoy ya se cumple quince días desde que mi mate se enterara de mi enfermedad, y no lo he visto desde esa tarde en que saqué toda la mierda fuera de mí.

Lo único que tengo claro es que no me ha dejado trabajar, y en cambio cada ocho horas manda al médico del Reino para que me examine.

Por un lado eso me enternece, pero por el otro me dan ganas de darle un puñetazo porque Joder, aún no estoy en estado crítico.

También tengo que reconocerme a mi misma que para mí karma total, sé y acepto que me estoy enamorando de ese Rey Vampiro, y que este a mi no me ama, me lo gané a pulso.

Aunque sus acciones me confunden, no olvido que lo rechacé sin importar nada más que mi equivocada razón para hacerlo.

Por eso estoy pagando mi error con creces.

Por otro lado recuerdo a mi perro demonio mi querido Dalto.

Tendré que preguntarle a Boris, puesto que el Rey está ocupado en que sabe que cosa.

Salgo de mi recámara para bajar al área del jardín, quizás si le pregunto a algun empleado me pueda decir si sabe algo de mi perro demonio.

Ojalá que Vladimir no lo halla matado. Que mala dueña soy al no haber recordado a mi perro.

Pobre Dalto, estoy decepcionada de mí, y mi responsabilidad.

Al llegar al jardín veo al sujeto que se encarga de mantener viva todo tipo de plantas o flores.

Creo que se llama Rafael, y es un vampiro transformado. Su piel algo arrugada porque lo mordieron a la edad de cincuenta y pico de años.

__Hola Rafael, que bueno que te encuentro...Eh ¿tu sabes dónde queda la zona de los animales?...Yo estoy buscando mi perro demonio.

<<Por favor solo quiero verlo y saber que está bien...Él se llama Dalto>>

__Le digo entre avergonzada y esperanzada.

Noto que el hombre pone gesto dudoso y chasquea la lengua.

__Por supuesto, ese perro demonio llegó a la zona de animales al día siguiente que usted llegó aquí...Si tiene el permiso del Rey yo la llevaré ahí con mucho gusto.

__Responde el Jardinero afable, logrando que la Pelirroja suspire con fastidio.

__Claro, supongo que debo tenerlo pero no es tan así ya que soy la Tua Cantante del Rey por lo que puedo ir a dónde yo lo desee sin necesitar que su majestad me deje hacerlo.

__Acentúo con voz neutra, admirando la duda en el rostro del Vampiro que luego da un suspiro asintiendo.

Yo sonrío para luego seguirlo en lo que comienza a caminar.

Caminamos un trecho algo largo hasta que llegamos a un lugar enorme donde todo tipo de animales estaban sueltos jugando entre sí.

Enseguida busqué con la mirada a mi perro, a Dalto, el cuál está transformado en su demonio.

Vuela de un sitio al otro persiguiendo a una especie de gato gigante que también debe ser obviamente gato demonio.

Sonrío emocionada para luego dar un silbido, echo que hace que mi perro me vea y emprenda su vuelo rápido en picada en mi dirección.