Dirty Red Feathers - Lawlu

Capítulo 1: Obscenas plumas rojas

Law no se estaba divirtiendo.

No sabía exactamente cómo Shachi y los demás le habían convencido para ir a un club, pero allí estaba, bajo las cegadoras luces moradas y rosas, rodeado de extraños bailando y medio desnudos. El aire desprendía un penetrante olor a humo y a sexo que le quemaba los pulmones al inhalar. El hombre arrugó la nariz y miró a sus amigos, que sólo le dedicaron una sonrisa diabólica.

"Díganme otra vez por qué estoy aquí". preguntó Law sin vida, empujándose contra una mujer que empezaba a apretujarse contra él de un modo que le incomodaba sobremanera. Ella retrocedió borracha, tropezando con otros en su camino. Law la miró con disgusto. Bepo le golpeó el hombro juguetonamente, a lo que Law se volvió y le frunció el ceño. "Perdiste la apuesta, ¿recuerdas? Era si podías pasar un día sin insultar a Shachi".

Penguin soltó una risita a su izquierda, dando un paso hacia él para evitar que una pareja que se besaba tropezara hacia atrás. "Si hubieras ganado, Shachi no podría pisar tu unidad durante el mes siguiente", relata, dándole un codazo en el costado a Shachi. El de pelo naranja se frota las costillas con sarcasmo, clavando en Penguin una débil mirada. "Me habría colado de todos modos", murmura.

La música era una constante sonora en el fondo de su conversación, y Law se inclinó más cerca para distinguir las palabras con mayor claridad. "Pero perdiste", continúa Penguin, empezando a dirigirse hacia unos asientos alejados de la multitud. Law se alegró de la distancia. "Así que Shachi te hizo prometerle que podría llevarte a un club de su elección". Shachi le guiña un ojo a Law, con una amplia sonrisa, todo encías y dientes. Incluso bajo la luz, brillaba. Law lo fulminó con la mirada.

Recordaba algo parecido a una apuesta de principios de semana, pero los detalles eran confusos. Sin embargo, si eso significaba que su odioso compañero de trabajo iba a permanecer fuera de su vista durante el mes siguiente, se veía aceptando la apuesta, por difícil que fuera.

La tripulación encuentra un lugar abandonado para relajarse y descansan, agradecidos por el cambio de ritmo. Se sientan en un sofá de cuero negro empenachado, curvado y metido en uno de los muchos huecos cóncavos de la pared. Law se apoya en la suavidad, suspirando. Se sienta con Penguin a su derecha y Bepo a su izquierda; Shachi se sienta al otro lado de este último.

Sus amigos se deslizaron en una conversación fácil, hablando alegremente de la emoción de la salida nocturna y de su exitoso intento de traer por fin a Law. El cirujano no podía concentrarse en absoluto en ellos. El bajo le retumbaba en el pecho con especial fuerza ahora que estaba sentado, y tuvo que cerrar los ojos un momento contra la canción que reverberaba por todo su cuerpo. Cuando los abrió, observó lo que le rodeaba.

Delante de ellos había una mesa baja y circular de mármol, de un negro intenso, que brillaba suavemente en sintonía con las luces parpadeantes del club. En el centro había un dispensador de servilletas de metal. Todos los asientos curvos daban a la pista de baile, un amplio espacio de madera coronada por luces de colores que caían del techo. Más allá había un escenario grande y redondo, que se conectaba a otro menos profundo, situado en la parte trasera del club. Una cortina roja impedía ver nada más allá. En el extremo izquierdo del escenario estaba la puerta principal y una barra resplandeciente. A la derecha, las zonas VIP más privadas.

Los ojos de Law volvieron a la pista de baile. La canción había terminado y la gente se alejaba lentamente de la multitud para volver a sus respectivos asientos. Estaba abarrotada, incluso para ser sábado por la noche; Law se preguntó brevemente si la razón por la que Shachi había elegido este club era su popularidad. En la pista de baile había un grupo insistente al que no parecía importarle la falta de música, sino que seguía bailando y bailando con la música y entre sí. Shachi silba agudamente, observando. "Enérgicos, esos jóvenes", reflexiona, echándose hacia atrás para observarlos.