Año 2025, 19 de agosto, martes temprano

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El Charleston me despertó, ahora y en ese entonces. No tengo idea a quién se le ocurre escuchar charleston en estas horas, ni en estas fechas pero, así son las cosas, aah! Ya entiendo, es una serie que está viendo la señora de aquí en frente. ¿Por qué pondrá la TV tan alta? Agh… bueno, solucionado el problema, me iré a un lugar más tranquilo y continuaré el relato.

Eran los famosos años 20 (1920 al 29) en esos años la gente bailaba y reía con tantas ganas que en un inicio me molestó, en mi sueño habíamos cambiado de siglo al XX y me había perdido una guerra completa. No les gustaría a mi ex-bando pero aún podría hacer algo, supuse. Esos años fueron magníficos, en esos años pude comprarme mi bebé, mi Bentley, la gente salía de fiesta, todos estaban felices, la vida era agradable hasta que comencé a darme cuenta de sus déficit monetarios… informé a mi bando que lo investigaría y me fui a Alemania donde había un humano diciendo que era culpa de los judios o algo así… y sí pues, así nada más, mi bando creyó que había sido yo el precursor de la II G. M., pero no! Ni al caso, si ya estaba todo listo cuando llegué, de todas formas, gracias a eso, dejaron pasar mi la falta en la Guerra mundial anterior. Sin embargo, recuerdo que aquí se materializaron mis miedos, todos los que me habían quedado del siglo anterior…

Todo pasó en una noche de 1941. Primero, me enteré que el angel había quedado en medio de unos idiotas que buscaban libros para el lider nazi y que le habian traicionado. Mi nombre ya era conocido, me gustó como sonaba Anthony J. Crowley así que de esa forma lo dejé, y mi participación en todo ese lío de la segunda Guerra Mundial también se había hecho… digamos "popular". El punto es que tenía respeto, y basado en eso pensé que tal vez podría salvarlo, evitar la situación del encuentro moviendo algunos hilos, pero no, cuando me enteré ya no había tiempo suficiente, él ya estaba en camino y además de eso, obviamente, no se le había ocurrido mejor idea que realizar la reunión en una maldita iglesia. Aah esto me iba a doler mucho más de lo que creía pero no podía dejar así las cosas o si? Nuestra última conversación no podía ser una discusión tan tonta como esa, verdad? Es que me negaba a que este fuera el final y bueno, era él… tenía que sacarlo de ahí. En fin, fui. Y llegué justo a tiempo, le apuntaban, tenía que actuar rápido. Una bomba fue lo primero que se me ocurrió. Con eso y un par de claves, estaba seguro que él me entendería. Se sorprendió claramente al verme, estaba enojado pero yo no podía lidiar con la idea de perderlo, sin embargo, jamás, obviamente, le diría algo así a él, le dije que era para evitarle problemas. Les di la oportunidad a esos humanos, o bueno, eso intenté, no había mucho tiempo y quemaba como… bueno, como tierra santa, era terrible, sentía que mis pies eran calcinados, pero tenía que hacerlo y lo hice, desvié la bomba directo a la iglesia. Un punto más a favor de mi caída al infierno, obviamente, pero el ángel estaba a salvo y también sus libros porque, vamos, lo conocía demasiado bien, sabía que si me perdonaba nos salvaría a ambos con su milagro pero que precisamente por el ajetreo y la inmediatez de la situación, los olvidaría y yo sabía qué tan importantes eran para él… y cuando me dice exactamente eso, pues… hice mi mejor esfuerzo para que mi sensación de inquietud se fuera o al menos que disminuyera un poco y fingí que no me pasaba nada cuando por dentro era un mar de sensaciones confusas entre alegría y miedo y placer, no lo sabía, era raro en ese momento, aunque ahora obviamente ya sé qué es. Pero eso no fue todo, se supone que yo había ido por otra cosa, la entrega del alcohol, pero con mi genial idea de la bomba había llegado con todo roto… ah, bueno, detalles que había olvidado yo también en el afán de que el Ángel estuviera a salvo pero es que, qué le pasaba? Acaso le gustaba ponerse en riesgo o qué?! Es que si hasta se le había ocurrido incluso hacer ese acto, no podía ser, además de que me obligaba a mí a dispararle a la cara! Y si fallaba? Todos mis intentos serían en vano! ¡Jamás había disparado un arma! Era tan tonto, pero debía ser yo. Si no era yo, entonces sí podría morir en las manos de algún otro tirador estupido. Todo era horrible, pero lo hice… confiamos el uno en el otro… y entonces apareció este demonio. Ah, aun no recuerdo su nombre, pobre, tenía una foto nuestra… de los dos, es como si todas mis pesadillas se hubieran materializado. Hice como si no me importara en realidad pero por dentro me consumía el estrés y comenzaba a idear mil formas de destruir a ese idota o de detener el desastre. Pero el ángel estaba tranquilo, yo no entendía por qué y le imité hasta que logró decirme qué pasaba… vaya, siempre dije que era un mal mago, bueno, lo es, pero esa ocasión… fue el mejor alivio que pudo darme. Me quedó una sensación agradable después de eso, sentí que él podía confiar en mí y yo en él porque nos protegeríamos a toda costa, yo sabía que siempre estaría ahí para salvarlo y que él siempre estaría ahí para alivianarme, cuidaríamos lo nuestro… nuestra amistad, aunque él no quisiera decirle así, yo pensaba que él había demostrado que nuestro equipo lo era todo para los dos… éramos nosotros contra el mundo… o eso creí… y vaya, lo creí por tantos años que me cegué, me volví igual de idiota que todos aquellos que llegan a este punto. No vi lo que tenía que ver, lo mal interpreté todo en función de lo que yo sentía y al final… al final…

Bueno, llevo un rato tratando de terminar este escrito, pero no soy capaz, después de esto pasaron tantas cosas… pero recordarlas ahora me duele tanto que no puedo, asi que dormiré. No sé por cuanto, espero que no mucho, quiero botar todo esto pero también quiero huir… haré mi mejor esfuerzo…

Atte. Anthony J. Crowley

El Diario de Anthony J. CrowleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora