Año 2025, 23 de Noviembre, domingo al atardecer

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Esto es interesante, he tenido días de juerga, pero hoy, ahora mirando por mi ventana los dulces colores del atardecer, no pude evitar recordar al ángel nuevamente y su semi-declaración aquel día... Él de verdad había admitido tener sentimientos por mí que iban más allá de una amistad y yo no había hecho más que besarlo, él me dijo algo así de importante pero sólo recuerdo que después de besarnos y que él huyera avergonzado de mí, la tarde había sido muy... de otro estilo, aunque realmente entretenida, debo admitir.

Y es que el ángel, para salir del paso, sonrojado, usó la misma estrategia que momentos atrás había intentado usar, sólo que yo se lo permití porque realmente quería saber cómo iba a excusarse de su timidez. Por lo que tomó el control de la televisión y continuó la búsqueda de una lista de música que pudiera distraernos, diciendo:

-Bueno, ¿Hay alguna música latina que conozcas que no hable de mí?
-Es difícil ángel, estás en mis pensamientos todo el tiempo...
-Crowley! -me regañó- estoy hablando en serio.
-Está bien, está bien, ángel, puedes buscar del estilo bailable, alguna cumbia, o salsa, o bachata o lambada!
-Ba que?
-Bachata
-Salud !
-No, Aziraphale -sonreí- es un tipo de baile... mira.

Le pedí el control y rápidamente busqué a un conocido cantante de bachata. Entonces me acerqué a Aziraphale, lento y seductor tomándole una mano con una de las mías y con la otra, le tomé de la cintura para acercarlo a mí, una de mis piernas se ubicó en medio de las suyas y la música comenzó. Rápidamente seguí el ritmo que había aprendido, no digo que fuera el mejor en eso, pero el rostro de Aziraphale al notar la cercanía de nuestro cuerpos al bailar, valió todos mis esfuerzos. Se le notaba incómodo, trataba de seguir los pasos pero siendo angel, claramente eso estaba difícil y parecía tan nervioso que finalmente decidí parar.

-Quieres intentar otra cosa?
-Lambada?
-Angel -dije sonriendo divertido- si no lo logras con la bachata, la lambada será demasiado para ti...
-Pero quiero intentarlo -dijo haciendo esa cara que...

Vaya, es que con esa cara conseguía lo que fuera, tenía esa cara de súplica otra vez, la misma que había usado con su abrigo y la mancha de pintura azul la misma de cuando quería que le ayudara con Gabriel, no, ese rostro era el que lo conseguía todo.

-Es más difícil de lo que crees -le dije, sabiendo que su decisión estaba tomada
-Pero tu sabes
-Sí...

Y ahi estaba otra vez, ese rostro de "por favor, sólo quiero hacer esto y que me ayudes, si?" Y ahí iba yo, a ayudarle a cumplir sus caprichos de nuevo, porque al fin y al cabo esa era una de las cosas que más extrañaba de él y me convenía, por qué no hacerlo?

-De acuerdo -dije seductor y sonreí.

Lo tomé de la cintura y lo apreté con más fuerza estábamos exactamente en la misma posición que con la bachata pero ahora nuestros cuerpos estaban aún más pegados.

-Estas seguro que se baila tan así?
-Por supuesto -le susurré en el oído y la música comenzó.

Tal como había supuesto, fue demasiado para él, era demasiado rápido, así que dentro de toda mi maldad basado en el conocimiento del ángel y sus modos de hacer las cosas, le propuse primero enseñarle más lento... obviamente me dijo que sí, y aunque internamente sonreía por lo que estaba a puto de hacer, mi rostro no mostró ni un poco de esa emoción. Lentamente entonces comencé el movimiento, conocía bien el roce que la lambada generaba y eso era justamente lo que buscaba, de modo que hice presión, un poco más de la cuenta, en aquellas partes que sabía que le podrían tentar... y así fue, poco a poco su rostro se fue volviendo más rojo y sentí cómo su cuerpo respondía a mi modo de enseñar el baile.

-E-espera Crowley... -dijo reprimiendo un jadeo, sonrojado.
-¿Qué pasa, ángel? ¿Algún problema? -dije en su oído.
-C-creo que tenías razón -dijo él sin mirarme, tratando de alejarse de mí- Ha sido demasiado para mí.
-Oh, entiendo -dije haciéndome el inocente, separándome de él, entonces miré su entrepierna y luego su rostro- Ya veo que fue intenso para ti.
-Basta no me mires más -dijo volteándose con el sonrojo hasta en las orejas.
-Tranquilo -le susurré en el oído acercándome- es normal que el cuerpo humano funcione así...
-Crow....! -intentó decir volteandose de nuevo hacia mí.
-De acuerdo, tranquilo -dije interrumpiendo, mientras me dirigía a la cocina con las manos en alto.- Voy a cocinar algo, qué quieres comer?

Me miró un momento en silencio con el rostro nuevamente sonrojado, tardando en contestar tanto, que cuando habló mi mente ya tenía otra respuesta:

-Crepas.
-O prefieres, a mi? -dije al mismo tiempo que él
-Qu-que cosa?
-Ya me oíste -sonreí y puse mi mejor cara de coquetería.
-C-crepas está bien.
-Au -dije fingiendo decepción.
-N-no es...
-Tranquilo, estoy bromeando.-le calmé y sin percatarme de su reacción me volteé a preparar sus amadas crepas.

Obviamente iba a seguir la preparación francesa, mentiría si dijera que no las he practicado para tener un sabor similar al que él buscaba en la revolución. Así que como todo lo que involucraba al ángel hice mi mejor esfuerzo porque quedaran deliciosas para él, y como yo ya sabía de su predilección por lo dulce, las rellené con frutillas y chocolate, Todo eso, mientras Aziraphale se encontraba con una lista de música latina que tenía buen ritmo y letra, haciéndome bailar, con canciones de Marc anthony, Gente de Zona y Juan Luis Guerra, con quien se quedó pegado mucho más, sobretodo con "las avispas".

-Tenías razón, me dijiste que había buena música.
-Claro que sí. -dije sirviendo las crepas.

Su cara de felicidad al verlas fue un buen primer pago, pero apenas las probó, sus ojos se abrieron y las estrellas en ellos brillaron de tal forma que me hizo recordar mi trabajo angelical por un milisegundo. Fue intenso, pero lo fue aún más cuando comenzó a disfrutarlas pues sus... sonidos al comer se fueron llevando todo el romanticismo de la situación hacia algo mucho más... provocador. Así que, como ya acostumbraba, me apoyé en mis manos para poder mirarle mejor, era un completo espectáculo visual y auditivo verlo comer con tantas ganas, y lentamente fui sonriendo sin darme cuenta, con fantasías indecibles dando vueltas por mi cabeza hasta que, abriendo los ojos después de un bocado, Aziraphale se percató de mi intensa mirada.

-Basta no me mires así -dijo sonriendo avergonzado.
-¿Así, cómo? -le pregunté, coqueteándole de nuevo.
-E-estás desnudándome con la mirada, querido -sonrió y yo también, pillado.
-¿Ah, sí?
-Sí, -rió coqueto- ¡basta! -me miró por dos segundos y luego volvió a las crepas- si sigues desnudándome con la mirada, voy a resfriarme...
-Es que mírate ángel, eres precioso.
-T-tú... n-no... qu-qué haces? -dijo sonrojándose hasta las orejas.

Oh, verlo así era tan... fantástico... lo amo, recuerdo que pensé, incluso ahora mientras lo escribo y lo recuerdo, me doy cuenta que lo amo aún después de todo, a pesar de todo... Aún no entiendo cómo llegó a ser tanto... porque es tanto, tan profundo, tan intenso y fuerte y no creo que se me vaya a quitar independiente de lo que suceda con él desde ahora en adelante porque luego de que él... No, no es momento de hablar de eso ahora.

De hecho, en realidad ya no tengo ganas de hablar de nada ahora mismo. Así que lo dejaré hasta aquí por ahora.


Atte. Anthony J. Crowley. 



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hola! 

Espero que les esté gustando la historia, subí hoy varios capitulos porque vengo a pedir disculpas, primero porque se que me demoré muchísimo en actualizar, y como premio a su inmensa paciencia, aquí les traigo varios seguidos; y segundo porque la siguiente actualización también se tardará! 

Lo sientooo!! Pero estoy con varios proyectos y estoy tratando de cumplir con todos así que gracias por su paciencia y apoyo! 

:) 

El Diario de Anthony J. CrowleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora