𝙼𝙾𝙽𝚃𝙴𝚁𝙾(𝚂𝚞𝚗𝚐Ki)

𝙼𝚊𝚝𝚎𝚘 𝟺:𝟷𝟶

No se quedaron mucho tiempo, o al menos nos referimos al joven y al demonio, los padres de Sunghoon tenían que atender sus respectivos trabajos en la congregación.

En todo el camino de regreso a casa (El cual fue largo por la caminata) Riki estuvo cuestionando todas y cada una de las acciones de la iglesia a la cual Park asistía: ¿Por qué hay tantas cosas valiosas si el materialismo es pecado? ¿Tan malo es mentir? ¿Alguno de ellos estudio para estar en ese puesto? y la más importante de todas, que en cierta manera fue la que dejó a Sunghoon un tanto sorprendido.

¿Tan mala opinión tienes de nosotros?

--¿A qué te refieres con mala opinión?—Park abría la puerta de su hogar para el ser de cola y cuernos, cosa que le dio gracia a Ni-ki, era obvio que podía atravesar paredes—Son demonios, los enemigos de Dios—

--Y según tu lógica lo que va en contra de Dios es malo porque Dios es super bueno y benevolente, ¿Verdad?—

--No te burles así de Dios—Sentencio el mortal, haciendo reír al príncipe del inframundo

--No me estoy burlando, después de todo soy su creación—Ni-ki comenzó a dar vueltas alrededor del más bajo casi de una manera hipnótica, no desaprovecharía sus encantos como un incubo después de todo—Solo digo que alguien con inteligencia básica se daría cuenta de todas las contradicciones que hace tu padre contra la biblia— La negra cola del demonio se enredó sobre el muslo del pálido haciéndole cosquillas, o más bien quemándole, tal vez era porque Ni-ki era el hijo de Satanás, un demonio, dato que Sunghoon nunca olvidaba--

--Aléjate de mí—

--¿Qué pasa? ¿Te duele la realidad que estoy diciendo querido Honnie?—El apodo cariñoso que le agregó el príncipe hizo que las mejillas de Park se tiñeran de rojo, más la profunda mirada que tenía sobre su cuerpo era penetrante, como si examinara su alma. --¿Por qué no le preguntas a tu padre que opina sobre los homosexuales?—

--¡Cállate!—

--¿Te da miedo preguntar?—Los ojos de Park se cerraron en cuanto sintió ambas frentes juntas, con la respiración del rubio junto a la suya, sincronizadas a la perfección—Ah creo que se porque—

-- ¡No lo digas!—

--Es porque tu mayor deseo es hacerlo con un hombre, ¿Verdad?—

--¡No soy gay!—

--Cariño, ¿Con quién hablas?—La voz de la madre de Sunghoon lo sacó de su transe, la mujer extrañada observaba a su hijo cubriendo sus oídos y en una especie de ataque de pánico.

Sunghoon contestó con la voz temblorosa palabras o silabas banales, por más que la mujer quería saber que le ocurría Park nunca le respondió más que un simple Estoy bien, mamá; solo quería correr a su cuarto aprovechando que ya no veía al demonio por ningún lado; parecía que Riki se había esfumado en cuanto su madre pasó por la puerta. Después de aceptar un té que según su madre era para relajarse, pudo subir su cuarto y respirar tranquilo.

Se recargó sobre la puerta soltando un suspiro de alivio, apretando los puños por toda aquella situación. ¿Cómo sabia Ni-ki su mayor secreto? ¿Tan evidente era? Siempre se esforzó por ocultar aquellos pensamientos pecaminosos, ni si quiera salía con sus amigos, ni Jake sabia de aquello; le dolía la cabeza de solo pensarlo.

--- No es notorio si eso te preocupa—El rostro de Ni-ki a diferencia de otros días no era de burla, mostraba tristeza, compasión, tal vez un poco de lastima. A pasos cortos y temerosos se acercaba al acobardado Sunghoon que pedía a gritos estar solo en su cuarto. – Lo siento no sabía que era—

--¿Cómo te diste cuenta?—El humano cortó la conversación de manera seca, sin mirar al rubio—

--Leí tus pecados—

--¿Qué?— Con la puerta asegurada, Park se dejó caer sobre la esponjosa cama ocultando las fuertes ganas de llorar que tenía, no podía hacerlo, los hombres no lloraban, claro que no. Por otro lado, Riki estaba en un dilema, aunque era divertido molestar a Sunghoon podía notar que hablar sobre su sexualidad no le gustaba, a diferencia de lo que otros creían los demonios eran creaciones de Dios, podían reflejar y sentir todas sus cualidades, así como los humanos, pero eso nunca se lo diría a un mortal. No podía verse débil.

--¿Cómo crees que los humanos son tentados? Nosotros podemos ver sus debilidades y usarlas para hacer que pequen, leí tu mente, Honnie—

--No vuelvas a hacerlo—Aun sin mirarle Ni-ki podía sentir la tristeza y desesperación en la voz de Honnie, como el mismo le había puesto—Prométeme que no lo harás—

--yo--

--Júralo Por Salomón— No entendía como Sunghoon sabia aquellos detalles. El que un demonio de alto rango jurara algo por Salomón simbolizaba que esa promesa debía cumplirse, era como un pacto de sangre. Con la garganta seca y nerviosismo un Lo juro salió de sus labios, siendo la primera vez en su vida que hacia un pacto como ese.

--Bien, ahora déjame solo—

Aunque Riki tenía sus dudas sobre dejarlo solo había prometido no leer la mente de Sunghoon, chasqueó su lengua molesto, desapareciendo en una nube de humo negro que no perturbo para nada al humano. Cuando percibió que estaba solo las lágrimas salieron solas, recordando todo lo que había pasado en su adolescencia, se abrazó a si mismo recordando que estaba solo. No tenia a sus padres, no tenia a Dios, ni siquiera amigos para consolarle.

Después de todo los pecadores siempre están solos, son infelices y su destino es el infierno a pagar condena toda su existencia.

Sus padres nunca lo perdonarían.