𝟷 𝙿𝚎𝚍𝚛𝚘 𝟻:𝟾

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El camino a la casa de Sunghoon fue bastante tranquilo. El demonio en ningún momento le molestó o le recalco lo marica que era, al contrario, pudieron entablar una conversación bastante agradable junto con el gatito que les seguía hablando sobre dudas que tenía Ni-ki acerca del mundo humano.

-- No puedo creer que me hagas esa pregunta tan tonta-- Sunghoon reía cubriendo su boca, un hábito que tenía desde pequeño y que Ni-ki comenzaba a notarlo.

--¡En el infierno los gatos si vuelan! ¡Te lo juro! --

--Me estas dejando en vergüenza, Ni-ki--

-- ¿¡También estas de su lado, Wonnie?!-- El gatito y el humano reían a carcajadas sin percatarse que habían llegado a la enorme casa perteneciente a la familia de Sunghoon. Aunque Jung won no entendía por qué el silencio y el ambiente tenso tan de repente, se ocultó en la mochila del humano cuando este se lo pidió.

Ni-ki aún no se acostumbraba al ambiente en la casa de los Park. El aire era pesado y le costaba respirar, no solo a él, sabía que la respiración agitada de Sunghoon y esos ataques de ansiedad mal disimulados se debían a ello. De manera silenciosa se adentraron a la casa (aunque Ni-ki no se veía en la necesidad de ello) volteando a todos lados; en la cocina la señora Park preparaba un estofado de carne adornando la mesa como ya era costumbre mientras el padre de Sunghoon dejaba a un lado su biblia para saludar a su hijo, forzando a Hoon a sonreír.

--Hola Sunghoon, ¿Que tal la escuela? -- 

--Todo bien-- Después de lavarse las manos y dejar la mochila de manera cuidadosa cerca de la escalera, ya estaba en su lugar de siempre esperando la comida, no quería hablar y mucho menos con ese señor.

--Eso espero, tienes que graduarte con honores-- Ni-ki vio como el semblante de Sunghoon cambiaba a uno triste y decaído.  Cuando estaba a punto de acercarse el señor Park volvió a hablar-- Es tu último año en la escuela antes de que empieces con el privilegio-- Los puños de Hoon se apretaron junto con su mandíbula, más sus padres eran demasiado tontos como para notarlo. ¿De que privilegio hablaba?

Dejando a un Ni-ki boquiabierto que solo Sunghoon podía ver, la madre de este llegó con la comida dejando de lado esa atroz conversación. El demonio solo quedo parado allí, observando lo que era una "comida familiar". ¿Podía considerarse eso una?

Ninguno de los presentes se dirigía la palabra y si en dado la mujer de la mesa quería preguntarle algo a su hijo era detenida inmediatamente por el señor Park con un fuerte " Estamos comiendo" haciendo temblar a todos los demás. Mientras solo se escuchaba un silencio sepulcral en los cubiertos chocando contra los platos Sunghoon se levantó sosteniendo su plato para llevarlo al fregadero , siendo detenido por un golpe en la mesa que le obligó a pegar un brinco del susto.

—¿Qué te e dicho de actuar como maricón?—

—Solo le ayudo a ma-

—Las mujeres se encargan de la casa, los hombres del dinero.—

—Papá— El adulto mayor se puso de pie mirando a su hijo con repulsión, Ni-ki miró hacia abajo por inercia, las piernas de Sunghoon temblaban demasiado. Los ojos del demonio no podían creer lo que veía.

—¿Sigues juntándote con ese joto, verdad? —Siendo señalado con uno de los asquerosos dedos de su padre Sunghoon tragó en seco, sintiendo como su madre tomaba el plato de sus manos.

Cariño, Hoonie trataba de ser amable, está mal pero-

—¡¿Sigues mirándote con ese pecador!?— La pregunta iba directamente hacia Sunghoon, el cual solo miraba al suelo.

Jake no es así— De un instante a otro el rostro de Sunghoon se volteó por el golpe que había recibido, su mejilla se tornó roja en segundos mostrándose hinchada.

Ni-ki no aguantó más, una rabia incontrolable creció en su pecho al punto de querer matar al maldito hombre. Con sus manos hechas puños miró a Sunghoon queriendo acercarse, mas un terremoto sacudió el hogar de los Park tirando fotos, cubiertos, electrodomésticos y para sorpresa de todos una leve grieta dividió el lujoso piso de madera de la cocina, justo entre Sunghoon y su padre.

Aterrados, todos se miraron entre sí. La mujer de la casa corrió tratando de salvar los pocos muebles que no se habían caído; el padre resignado tomó su celular para ir a la iglesia a ver que había pasado y si sus feligreses estaban allí.

Sunghoon solo se quedó allí. Estático. Petrificado. Levantando la vista hacia el demonio que lo observaba con un rostro compasivo y preocupante, pero a diferencia de otras veces sus ojos eran totalmente negros, bo se distinguía una pupila o un iris. Todo era negro.

El humano ayudó a su madre con unas cuantas cosas siendo reprendido de inmediato y mandado a su habitación, dejando a la pobre mujer sola.
Tomando su mochila de forma delicada y subiendo a su cuarto era seguido por Ni-ki quien subía detrás de él mirando con asombro lo muerto que se miraba Hoon a comparación de cuando estaba con sus amigos. Al llegar al cuarto abrió la mochila dejando que el minino saliera arrojándose a la cama mirando al blanco techo siendo imitado por Ni-ki segundos después.

--Ni-ki, ¿Puedo preguntar algo? --

--Mientras no sea porno gay--

--¿Como es el infierno? -- Esa pregunta si que tomo desprevenido a Riki, tanto así que volteo a ver al humano con sus ojos bien abiertos, si estuviera en el lugar de él lo primero que preguntaría sería que diablos había sido eso. Decidió seguirle la conversación más relajado, suspirando mirando al techo .

--Bueno...-- No sabía bien que decir, así que solo dijo lo primero que se le vino a la mente-- Lleno de demonios y pecadores-- Esa respuesta sí que hizo reír a Sunghoon.

--¿Es tan malo como dicen? -- El pelinegro giró su cuello para mirar al rubio, con sus ojos completamente idos.

--¡Ay claro que no! Ustedes exageran todo-- Las elegantes y rubias pestañas del demonio se batieron en su dirección-- Solo te va mal si fuiste pecador-- Los ojos de Sunghoon se abrieron tomando su almohada para cubrir su propio rostro, Ni-ki la había cagado--¡Pero de que te preocupas tú, si eres más santo que los Serafines! --

--Sabes que no...-- En ese momento Ni-ki quiso golpearse varias veces con un martillo, no estaba ayudando para nada a Sunghoon en su misión secreta de "caerle bien a su brujo". Los humanos son tan complicados.

--¿Hablas de eso de ser gay? --La sonrisa de Nishimura volvió a implantarse en su rostro-- Debes de estar jugando-- Los ojos algo húmedos de Sunghoon se asomaron por debajo de la almohada, el pecho del príncipe se apretó ante esa imagen--

--¡Pero tonto, el infierno es el paraíso homosexual! -- De un brinco el demonio se posó sobre el cuerpo de Sunghoon--Solo hay hombres desnudos por todos lados, todos los gays van hacia allá así que nadie te tiene que juzgar y los íncubos están a tu disposición 24/7. ¿De verdad quieres ir al cielo para estar virgen toda tu vida? -- Sin darse cuenta Riki retiro la almohada del rostro de Sunghoon. Sus ojos llorosos y algo rojos acompañaban las mejillas maltratadas del mismo, más una risita que se transformó en carcajadas fuertes, y de la nada el demonio sintió su rostro caliente.

Gracias, por lo que hiciste— De inmediato los ojos del demonio volvieron a ser los mismos que siempre mostraba sonriendo para Sunghoon sentándose del otro lado de la cama.—¿Fuiste tú, cierto?

No sé de qué hablas— Sunghoon se levantó tomando asiento a su lado, volviendo a despeinar a Ni-ki como ya era costumbre

Gracias, Ni-ki

--Eres demasiado gay--Fue lo único que salió de parte de Nishimura  haciendo reír de la misma manera al humano sin saber por qué, el gatito solo los observaba haciéndose una bolita en el escritorio decidido a dormir.

𝙼𝙾𝙽𝚃𝙴𝚁𝙾(𝚂𝚞𝚗𝚐Ki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora