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—Kyouka, que gusto verte —dije— aunque técnicamente no te puedo ver del todo.

La presión que ponía en sus cuchillos contra mi piel aumentó y luego decreció rápidamente para soltarme y alejarse de mi rápido. Me giré tranquila, ella no podía matarme, sabía su historia, Kouyou-neesan me había pedido investigar y utilice a Ango para desclasificar ese archivo.

—¿Viniste a matarme? —hablé
—Sería una locura intentarlo—dijo cerrando los ojos— en el momento en que te cortara la garganta harías explotar mis pulmones o me deshidratarías hasta la muerte.
—Umm, entonces a qué viene el teatro.
—Ayúdame a salvar a Atsushi-kun —¿el Niño tigre?— me buscan por los crímenes que cometí, no puedo moverme con facilidad ahora y el esta en-
—Deja que te atrapen y así tal vez puedas salvarlo.
—Pero-
—Acá no se gana sin arriesgar, si tanto te importa el tigre, entrégate. No puedo ayudar a una traidora.
—¡Ayudas a Dazai!

Mi sonrisa se torció, Dazai.

Solo con su mención me eriza los vellos de los brazos y me irrita el estar bajo sus órdenes. Ahora viene esta mocosa a recordármelo, si no fuera por Kouyou-neesan, le drenaría toda el agua del cuerpo a la enana con kimono.

—Ya te di la solución, entrégate. Además, si eres una persona de bien debes pagar tu condena ¿no? Juegas a ser una detective y ser del bando de los buenos pero no estás dispuesta a pagar el precio. ¿Qué clase de redención es esa, Kyouka?

Silencio

Ella lo sabía, sabía que debía ser castigada pero su objetivo ahora era el tigre que le hizo ver la luz.
Fui algo injusta, la pequeña Kyouka solo cumplía órdenes pero si se hubiera deshecho de ese celular muchas vidas se hubieran salvado, creo que lo sabe pero no puede pues es lo que le queda de su familia.

Familia, una cadena que influye en tus acciones h decisiones. Una molestia casi, a veces es cálida y a veces solo te usan para su beneficio y lo tratan de encubrir como ayuda.

"¡Solo quería ayudarte, Megumu! Así pagarías tus errores y serías una buena mujer, construirías una familia y vivirías tranquila"

—En fin, debo irme, no quiero problemas. Salva a tu novio tigre y recibe la condena —estaba siendo sincera, sabía que Dostoyevsky interferiría en la pelea del tigre, Akutagawa y Fitzgerald, le pediría a Ango un favor respecto a Kyouka— sólo deberás tomar decisiones correctas, es todo.
—Pero-

De pronto varias camionetas llegaron y bajaron militares armados contra usuarios de habilidades y por supuesto, Ango. Sabía que ella me buscaría, pensaría que estoy del lado de los de la agencia o al menos en el lado medio y que la ayudaría pero no, al menos no la ayudaré de la forma que ella quisiera.

"¿Kyouka-Chan te importa?—dice Dazai
No
Bien, pues no la ayudes cuando te lo pida, que acepte su destino pero pídele a Ango un favor.
Pídeselo tú, Dazai.
No, es una molestia lidiar con Ango.
No es mi problema
O si lo es, recuerdas.
Eran dos favores nada más, no creo haberte dejado cien niños.
Si no lo haces sabes que pasará ¿verdad? Mori sabrá la ubicación de los niños.
Eres un maldito idiota."

Bien, solo espero que vaya de acuerdo a lo planeado. El jefe me dio permiso para trabajar junto ha Dazai hasta deshacernos de Guild pero aunque yo jure mi lealtad, Mori nunca más confiará del todo en mi, pero bueno mirándolo bien él nunca confía del todo en alguien es por eso que necesitaba alejar a Dazai de la organización, tenía miedo de que le robara el puesto como él lo hizo con el viejo jefe. Inclusive cuando nos encomendó reclutar a Chuuya... Dazai lo tenía todo pensado y yo hice el trabajo sucio.

"Ovejas que al acorralar se vuelven lobos."

Chuuya me odió un tiempo hasta que lo incluyeron en el equipo en el que estaba con los demás, Las Banderas. Ahí nos hicimos cercanos pues teníamos la misma edad y Lippman no dejaba de molestar con que debimos ser amigos para tener una unidad sólida. Sin embargo, le pedí perdón por lo qué pasó con las ovejas, claro, a mi manera.

—Entiendo esas ganas de salvar a un amigo, Kyouka, tú aún puedes hacerlo. Yo llegué demasiado tarde, lo siento chicos.

My way OUT // DazaixocxChuuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora