56

531 67 1
                                        

Narra jongin.

Kyungsoo era precioso y si pensé que no podía ser más precioso era porque no lo había visto sentado sobre mí gimiendo cada vez que mis dedos lo embestían con el fin de prepararlo.

Mis dígitos se deslizaban con facilidad en su interior gracias a lo mojado que se encontraba, su lubricante natural bañando mis dedos por completo.

Kyungsoo ocultaba su rostro sonrojado en mi cuello con vergüenza, sus expresiones faciales me decían que lo estaba disfrutando y la dureza de mi erección decía lo mismo de mí.

Inserté el tercer dedo y los doble tocando directamente ese punto que lo hacía enloquecer.

_Carajo, jongin _kyungsoo hizo su cabeza hacia atrás y abrió su boca, saliva resbalándose por la comisura de sus labios.

Se veía tan sensual, con su cabello pelirrojo y sudado hacía atrás y su camisa abierta rebelando parte de su pecho y exponiendo aquellos pezones que lucían más grandes y apetitosos de lo que recordaba

Con la mano desocupada, dejé caer mi palma sobre su trasero causándole un espasmo.

_No maldigas, cariño _Sonreí mientras prácticamente lo follaba con mis dedos.

_Si continúas, harás que me venga _kyungsoo me veía con ojos suplicantes.

_Veamos cuánto resistes _Mordí mi labio inferior y llevé uno de sus pequeños botones rosados a mi boca, lo mordí y chupé con ansias.

Kyungsoo miraba mi trabajo sin poder hacer nada sólo moverse sobre mi ropa interior húmeda y pegajosa por la excitación que ambos sentíamos.

Sentía su erección chocar contra mi estómago necesitada y no dudé en darle su debida atención con la mano que no se enterraba en su interior, la envolví con mi muñeca y lo masturbé con movimientos de arriba abajo.

Kyungsoo jadeó cuando mis dedos tocaron aquel punto lleno de nervios y mi otra mano acarició la punta de su miembro, mi pulgar girando y haciéndolo estremecer. No me quedo otra opción más que besarlo para callar sus gemidos, lo tomé del cuello y uní mi boca con la suya, mi lengua atacando directamente su cavidad, sin cuidado, ni delicadeza

Kyungsoo se vino entre gemidos que mi boca calló, su esencia salpicando mi estómago. Su cuerpo temblaba y su respiración se agitaba cada vez más.

¿Piensa que eso fue suficiente? Ahora venía lo mejor.

Ante su atenta mirada, bajé mi ropa interior y liberé mi miembro duro como una roca, suplicando por meterse en ese trasero tan redondo y perfecto.

Deslicé la punta de mi miembro alrededor de su entrada mirándolo directo a los ojos y supe que kyungsoo deseaba esto más que nada.

Y yo probablemente jamás volvería a pedir deseos porque estar aquí junto a él es más de lo que pude haber pedido alguna vez.

Kyungsoo algo nervioso se bajó un segundo para ir por unos condones en su mochila. Levanté una ceja, pero no dije nada.

Me gustaba que estuviera preparado.

_Dime un color _Le pedí al desgarrar el envoltorio del condón y colocármelo.

Kyungsoo me miró embobado y sólo cuando le di una palmada a mi regazo se subió nuevamente.

_Naranja _kyungsoo sonrío burlón abrazándome por la espalda.

_Eso dirás cuando quieras que me detenga _Le advertí y él asintió.

Sin soportar la espera y sosteniéndolo de la cintura entré en él de una estocada.

ODIO SER OMEGA | KAISOO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora