Parte 8

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"Nunca dejes que la sed te haga beber del vaso equivocado"

"Nunca dejes que la sed te haga beber del vaso equivocado"

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LILI

Ya era martes, estaba en el ascensor cuando Ben y Raquel entraron juntos

—Buen día Lili –Ben me sonrió

—Buen día – me límite a decir

—Te presento a mi nueva colega, Raquel – la señaló

Raquel me sonrió arrogante

—Si sirvió que te chupara la polla entonces – Ben hizo una mueca rascándose la ceja —. Felicidades Raquel bien hecho

La pelirroja me fulmino con la mirada, sonreí, el elevador se abrió haciendo que Raquel saliera caminando rápido y molesta

—No tienes que ser tan nefasta – comentó Ben caminando a mi lado —. Es buena abogada

—Si tú lo dices – me tomó del brazo

—¿Estás celosa? – solté una pequeña risa

—Claro que no, pero si te diré algo, tú y yo no volveremos a estar juntos – me miró suplicante —. No estaré contigo sabiendo que estás con Raquel, iugh – hice un gesto de asco

—Como quieras celosa

No dejo defenderme simplemente se fue, sinceramente no estoy celosa eso se supone que dan cuando te interesa alguien románticamente y para nada me interesa Ben de esa forma

Visualicé a mis chicos en mi oficina nerviosos, parados como soldaditos, Barbie llevaba un traje ajustado se veía realmente incomoda en ello mientras que Bill llevaba un traje negro con una fea corbata de puntos

Suspire

—Buenos días abogada – dijeron al unísono

—Lilith – corregí —. Tardan menos en decirlo – no podía dejar de ver la fea corbata del chico parecía payaso —. Bill por favor quítate esa corbata

Él lo hizo asustado pero rápido, no podía regañarlos por sus atuendos, se veía que se habían esforzado por encontrar algo adecuado, también estuve en esa situación cuando era estudiante, sólo tenía 3 pantalones y algunas camisas formales, algunas abogadas se burlaban de mi diciendo que ya sabían que me iba a poner al día siguiente, cuestión que me hacía sentir mal, pero ¿Qué podía hacer? Lo que ganaba trabajando era para mi universidad, no me quedaba mucho ni para comer menos para comprar ropa cada semana

—¿Me pueden decir la hora?

Barbie y yo miramos a Bill que tenía un reloj en su muñeca

—Esque no tiene pilas – mencionó avergonzado

—Son las 8 – Barbie lo salvó

—Vamos – me levanté e hice que me siguieran hasta la salida

—¿A dónde iremos? – no contesté

LAW ||HENRY CAVILL|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora