"A veces el corazón arde causándose graves daños, pero por tu amor cariño, soportaría hasta el más ardiente infierno por la eternidad"
HENRY
Nuevamente ya estábamos en su casa ni bien estábamos en la entrada y ya estábamos besándonos acaloradamente, pase mi mano por debajo de sudadera notando que no traía sostén
—¿No traes ropa interior? – pregunté jadeante sobre sus labios
—Te quise ahorrar pasos – soltó en un gemido haciendo que mi pene se pusiera mas duro de lo que estaba
Le quité la sudadera y la cargue hacia la sala recostandola para poder quitarle su pantalón dejándola completamente desnuda para mi
—Eres hermosa – la levanté para besarla y poder sentarme
Cuando se iba a posicionar sobre mi la detuve haciendo que me mirará confundida
—Arrodillate – ordené y ella rio incrédula
—Cariño usualmente es al revés – me miró con cierta soberbia que tomé como un reto —. Ni a dios le rezo
Se puso encima de mi, por un momento iba a ceder pero un impulso de su reto me hizo retomar el control, la tomé del cuello con fuerza pero cuidando en no lastimarla, la miré, sus ojos se dilataron en ese momento, le excitaba que le dijera que hacer
—Si te digo que te arrodillas, te arrodillas – mi voz sonaba amenazante
Se doblegó, sin dejar de mirarme se deslizó entre mis piernas para quedar de rodillas, puso sus manos en mis muslos separándolos un poco más para que pudiera entrar completamente y me desabroche mi cinturón junto con mi pantalón
—Es buen momento para decir que no tengo práctica en ello
—No te preocupes cariño, conmigo empezarás a practicar
Lili sonrió, baje mi última prenda que me cubría dejando expuesta mi erección
—¡Por la diosa Afrodita!, Henry eso no me va a caber en la boca
Reí ante su comentario
—También eres una diosa Peito, confío en ti
Me dio una mirada coqueta para después poner sus manos en mi pene, lo hacía subir y bajar causándome cierto placer
—Diositas no me abandonen
Escuché que su susurro antes de meter mi pene en su boca
—Aaah – gemí echando mi cabeza hacia atrás
Lili me mintió si sabe que hacer, sus movimientos se intercalaban entre sus manos, su boca y su lengua
—Eres una mentirosa – gemí
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LAW ||HENRY CAVILL||
AcakEn la historia siempre hemos visto sobresalir a los hombres como figuras de carácter y autoridad, esta historia es diferente, es la mía Peito Lilith Adams abogada exitosa y ambiciosa por sobresalir en la profesión gobernada por hombres.