En la historia siempre hemos visto sobresalir a los hombres como figuras de carácter y autoridad, esta historia es diferente, es la mía Peito Lilith Adams abogada exitosa y ambiciosa por sobresalir en la profesión gobernada por hombres.
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LILI
Ya había amanecido, mi abuela había tocado la puerta para avisarnos que el desayuno estaba listo y salimos en pijama al comedor
—Toma Lili, tu abuela me hizo madrugar para que fuera por tu panqueque favorito
Miguel puso el postre sobre la mesa, fui hacia la cocina ayudar a mi abuela con los platos y algunas cosas más
—Me agrada él
Me señaló con la mira a Henry quien le quitaba las pasas a mi pan
—Igual me agrada – ella sonrió divertida
—Es bueno verte relajada, pero algo pasa, dime ¿Qué es?
—¿Por qué supones qué pasa algo?
—Lili llegaste a media noche sin avisar – dijo con cierta obviedad —. Eres dueña de hoteles de lujo, tienes una bonita casa y ese muchacho se ve rico – reí ante su doble sentido
—Estamos involucrados en algo peligroso al parecer – suspiré —. Su padre es más desgraciado que mamá
—¿Eso es posible?
—Si, todo esto del juicio simulado que te comenté tiene algo oculto, pero no encuentro la conexión de lo que es
—¿Y Alec?
—Sabe algo, entiendo que todo esto se hace para que la hermana de Henry se quede con las empresas pero ...¿Por qué revivir el pasado?
—Quizá lo que tú creas sea el resultado no lo es, ¿Y si hay otro resultado de por medio? Algo más en el fondo – la miré
—¿Pero que?
—Negocios o quizá un ajuste de cuentas
—No tiene sentido
Mi abuela se encogió de hombros, fuimos hacia la mesa, Miguel contaba de las travesuras que le hacía de niña, ellos reían pero aún estaba pensativa en la pequeña platica que tuve con mi abue, notaba cómo Henry me miraba de reojo, sabía que algo me ocurría y posó su mano en mi pierna para que dejara de sobrepensar y le sonreí
Después de eso David nos llamó diciendo que todo estaba en orden y que podríamos regresar a casa
Ayudamos a limpiar y decidimos que era momento de irnos
—Vuelve pronto cariño – mi abuela agarraba mis manos
—Prometo hacerlo, cuando terminé este asunto – bese su mejilla —. Toma tus medicinas – le di una mirada severa
—Lo haré – dijo con cierto fastidio
—Además tengo que volver, tenemos una plática pendiente
