ALEC

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ALEC

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ALEC

—Claudia por favor déjame verla – suplicaba a la mujer que estaba frente a mi

—No, no mereces verla

No podía creer que me hubiera enredado con esta mujer

¿Cómo hubiera sabido que estaba loca?

Cuando me sedujo era la mujer que siempre soñé, pero su humor empezó a cambiar conforme la iba conociendo, esa faceta de la mujer encantadora solo era una fachada para ocultar la basura de persona que es, sin embargo, esa mujer había dado a luz a una niña hermosa

A mí hija

Al principio no creía que fuera mía mi medico me había dicho que era casi imposible que tuviera hijos

Por eso, ella era mi milagro

—Ni siquiera la querías, hasta mandaste hacer una prueba de paternidad

Sólo quería estar seguro, no podía culparme de eso o ¿sí?

—Al menos te prometo que le pondré el nombre que elegiste, debes estar satisfecho con eso

—Claudia, quiero estar en su vida, verla crecer

Estaba hincado, no me importaba lo humillante que seguro me veía las escena, eso y más haría por mi pequeña

—¿Solo en su vida? ¿Yo no importo?

Maldecí mis palabras, me olvidé que esta mujer es tan narcisista

—Voy a cuidarlos a todos incluso a tu hijo Roy

Pensó un momento

—Vale, pero ven mañana, empacaremos nuestras maletas hoy

Me levante contento, no me importaba aguantar a esta mujer y a su horrible hijo con tal de estar cerca de mi niña

—Prometo que serán felices conmigo – besé su mejilla y me retiré

Estaba muy emocionado por recibirlos en mi casa

Jamás estaría sólo

—Susan ¿Ya está lista el cuarto de mi bebé?

Mi ama de llaves asintió contenta

—¿Quiere verla? – no respond

Fui directo a la que sería la habitación de Lili, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver el cuarto color lila y los muebles afines a esta

—Es hermosa

—Será una niña mimada señor – bromeó

Sabía lo emocionado que me ponía el tener una hija

—Claro que será mimada Susan, de eso me encargare yo – sonreí

A la mañana siguiente fui a la casa de Claudia, llevaba flores para ella y un regalo para su hijo, toque el timbre, pero nadie abría, toque la puerta con fuerza y tampoco

LAW ||HENRY CAVILL|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora