En la historia siempre hemos visto sobresalir a los hombres como figuras de carácter y autoridad, esta historia es diferente, es la mía Peito Lilith Adams abogada exitosa y ambiciosa por sobresalir en la profesión gobernada por hombres.
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HENRY
Releía una y otra vez la carta que dejo Lili con la esperanza de que hubiera dejado un mensaje oculto, algo de que solo fuera una broma de mal gusto
La puerta sonó, ni siquiera me levante abrir, no tenía ganas de ver a nadie pero un sonido de llaves me hizo poner atención a la puerta
—¿Qué haces aquí? Y ¿Cómo es que tienes copia de la llave de mi casa? – pregunté a la pequeña figuraba que entraba a mi casa
—No sería una buena secretaría si no tuviera un repuesto – Jenna se encogió de hombros —. David me dijo que Lili se fue – hice una mueca —. ¿Es la carta que dejó? – asentí
Ella camino a mí y me la arrebató de la mano para leerla
—Esto no lo escribió Lili
—¿Por qué la defiendes si hace días me decías que era la peor persona que hayas conocido?
—No sabía la verdad, mi padre me puso en su contra y fui una imbécil en pocas palabras – agacho la cabeza —. ¿Tu de verdad piensas que tuvo el tiempo de escribir en computadora, imprimirlo y después dejarlo como si nada sin siquiera firmarlo?
Su pregunta era retorica
—Si algo aprendí de ésto, es que fui una idiota en tratar mal a Lili cuando la conozco a la perfección – me miró seria —.¿Acaso eres idiota Henry? – fruncí el ceño
Con razón Lili decía que Jenna era buena en su trabajo
—Vamos levántate – golpeo mi hombro para que me levantara —. Te ayudaré a que no seas un completo imbécil – siguió golpeándome
—Ya basta – me levante para que dejara de golpearme —. No sé a dónde ir o dónde buscarla – dije con sinceridad
—¿Dónde fue la última vez que la vieron?
—En su casa
—Bien por ahí empezaremos, no creo que Lili se haya ido por su cuenta – la miré preocupado —. Es sarcástica y a veces mezquina pero nunca cruel como para escribir eso, además esa carta parecía dirigida más a ti que a los demás
Creo que necesitaba esto, una persona con cabeza fría que me centrara
Fuimos hacía la casa de Lili, las luces estaban encendidas algo que se me hizo extraño, miré a Jenna que de igual forma se le hacía raro, saque de mi cajuela una llave de cruz para tomarla como arma
—¿Qué harás con eso? ¿Cambiar un neumático? – Jenna se cruzó de brazos
—Es lo único que tengo en la cajuela – rodé los ojos —. O ¿Quieres que saque el gato hidráulico?
—Hombres – susurro
Tomó su bolsa sacando un taser y haciéndolo prender sacando unas chispas azules
