En la historia siempre hemos visto sobresalir a los hombres como figuras de carácter y autoridad, esta historia es diferente, es la mía Peito Lilith Adams abogada exitosa y ambiciosa por sobresalir en la profesión gobernada por hombres.
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HENRY
Estábamos todos en la sala de espera del hospital incluso Barbie, Ben fue a pagar su fianza por alterar el orden público, daba vueltas por toda la sala estaba nervioso, nadie nos decía nada
—Henry me vas marear por tanta vuelta – Jenna se quejó a lo que pare y me senté a su lado
—Familiares de Peito Lilith Adams – mencionaron
Aunque no le realizaron una cirugía se la llevaron para hacerle estudios varios
&Nosotros – Dijo Alec
Él medico suspiro
—La desintoxicación será lenta pero no sufrirá dolor por ese aspecto
—¿Cómo que en ese aspecto? – preguntó Alec
—Los shocks hicieron que su cerebro se inflamara hasta presionar su cráneo lo cual le causaba mucho dolor, la tuvimos que poner en un estado de coma temporal, es como si reiniciáramos su sistema y despertará en cuanto la inflamación disminuya
—¿Y eso en cuanto tiempo será? – pregunté
—No lo sabemos, esto puede ser en unos días, meses o años
—¿Años? – la pregunta de Ben fue retorica
—Eso es lo que menos deben preocuparse – todos miramos de nuevo al doctor —. Cuando despierte es posible que no los recuerde como consecuencia de la inflamación
Me pase mis manos sobre mi cabello frustrado
—Gracias doctor
Todos estábamos impresionados por las noticias, me sentía desganado, Alec quizá tenía razón, solo vine a su vida a causar problemas, aun así, no me daría por vencido, no cometería el mismo error y estaría con ella
6 meses después
—No has ido a verla – Alec entró a mi oficina
Me extrañaba verlo aquí
—No pensé que te importará – dije con sinceridad
Desde que la encontramos no se ha cansado de demostrarme su desprecio
—Me equivoque contigo – lo miré —. Desde que dejaste de ir su corteza auditiva ha dejado de dar señal
—No puedo evitar verla así y sentirme culpable – mi voz se quebró
—No fue tu culpa Henry – el que me dijera eso significaba mucho para mi —. No es tu culpa la maldad de las personas – suspiró —. Si quieres ganarte mi aprobación como suegro tienes que ir – bromeó a lo que respondí con una sonrisa trist
