En la historia siempre hemos visto sobresalir a los hombres como figuras de carácter y autoridad, esta historia es diferente, es la mía Peito Lilith Adams abogada exitosa y ambiciosa por sobresalir en la profesión gobernada por hombres.
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HENRY
Ya van casi 5 meses desde que Lili desapareció, en su casa no encontramos nada más que el lodo que nos llenó de esperanza, pero que con el tiempo nos la iba quitando, estaba destrozado y deprimido
Sharon ha sido de gran ayuda, me hace levantarme cada mañana desde que se disculpó por hablarme ese día innecesariamente
Algo en ella cambio, se culpaba, dijo que si no hubiera llamado Lili estaría conmigo, que le dolía verme así de deprimido
—¿Aún no saben nada? – preguntó la rubia y negué
—Alec ya está decidiendo hacerlo público
—¿Qué? – desvió su mirada
—No ha podido encontrar nada, ni siquiera con la ayuda del fiscal – suspiré pesadamente
—¿No creen que deberían seguir con sus vidas? – la miré con el ceño fruncido
—No volveré a tocar ese tema contigo Sharon
—Henry solo digo que quizá tu deberías seguir – se acercó a mi —. No desperdicies tu vida buscándola cuando nunca aparecerá
¿Cómo estaba tan segura de eso?
—Puedes hacer tu vida conmigo, Henry nos íbamos a casar – apretó mi muslo con su mano —. Yo te haría olvidarla – susurro en mis labios
Estaba a punto de besarme cuando la aleje
—¡¿Que mierda estás dices?! ¡Nunca podría olvidarla y mucho menos estar contigo!
—¡¿Por qué no Henry?! ¡Dime una sola razón por la que no quieres estar conmigo!
—¡Simplemente porque no eres ella! ¡No eres mi Lili! – me levanté molesto
Necesitaba aire, Sharon ha sido un pilar importante para mantenerme sereno, pero algo dentro de mi hace repudiarla, queriendo que este lo más lejos de mí
Fui hacia mi lugar seguro a donde voy todas las veces en las que me siento fatal, entré, me quite los zapatos y me senté en su silla
Recordaba todos los momentos que viví con ella, cuando hicimos el amor, cuando roleamos en el motel, cuando bailamos aquí nuestra canción y cuando me dijo te amo por primera vez
—¿También vienes aquí cuando te sientes mal?
Ben estaba apoyado en el marco de la puerta
—Si y ¿Tu?
Camino hasta sentarse enfrente de mi
—Sólo cuándo siento más su ausencia – hizo una mueca —. Por más trabajo que me ponga no dejo de pensar en ella, ¿Dónde está? ¿Si estará bien?
