Convivencia

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Gabriel se quedaría en Sicilia hasta el cumpleaños de Alessandra el que sería al día siguiente.
Massimo con lo del incendio en el hotel y el secuestro de Alessandra no había podido organizar algo para celebrarlo y lo único que tenía claro era que Alessandra querría algo sencillo.

Estaban conversando en la sala cuando apareció Alessandra junto a Gabriela y Ángelo. Al verlo corrió a abrazarlo y el viejo Gabriel por su parte se había levantado para recibirla en un paternal abrazo y se mantuvieron así durante un rato, Alessandra lloraba en su pecho y él le acariciaba el cabello. Cuando se separaron Gabriel le tendió un pañuelo y le acomodó el cabello, cuando Alessandra termino la invitó a sentarse y ella se acurrucó a su lado. Ángelo dio la señal para que los dejaran solos y se marcharon a desayunar, los esperarían ahí.

Sentados en la mesa se encontraban los amigos de Alessandra los que tenían mejor aspecto y se saludaron al encontrarse. Massimo y Ángelo se pasaron el desayuno interrogándolos sobre como era Alessandra en la universidad y su vida en Londres, a que se dedicaba, si había tenido novios, anécdotas y cosas así. Descubrieron que eran agradables y leales a Alessandra, lo que hizo que comenzaran una buena relación.

Estaban terminando de desayunar cuando aparecieron Alessandra y su tío.

- Espero señor Torricelli que no le moleste si me uno a ustedes para tomarme un café. Aunque tomé uno en el avión no esta demás otro y poder compartir con ustedes.

- Claro que no Gabriel, por favor acomódate mientras pido que te sirvan -le respondió Mario y lo sentó a su lado-.

Así fue como Mario y Gabriel comenzaron una conversación entre ellos sobre sus viejos recuerdos, mientras tanto Gabriela y Ángelo bromeaban con Jack y George. Alessandra se sentó a su y lo miro con complicidad, todo permanecería oculto aún y no importaba, Massimo sintió que por fin todo había vuelto a estar en orden. De vez en cuando Alessandra intervenía en las historias de sus amigos que la avergonzaban, mientras Massimo la observaba feliz. Hacía mucho que no se sentaba a la mesa con un bullicio familiar y sintió como su vacía vida se comenzaba a rellenar con familia y amor.

- Invité a "Nino" a almorzar mañana.

¿Nino? Quién era él. Y Alessandra al ver su cara de desconcierto se rió y le explico.

- Desde niña le digo al tío Gabriel "Nino", no podía pronunciar bien padrino y terminó convertido en Nino.

Massimo inmediatamente viajo al pasado tratando de imaginar a la pequeña Alessandra balbuceando. Y al parecer Ángelo leyó sus pensamientos ya que intervino.

- Mi prima era una tierna niña, con el tiempo no sé que le sucedió, pero terminó así. Cuando viajes a Génova te puedo mostrar fotografías de la rolliza bebé Alessandra.

- Y yo le muestro las tuyas comiéndote los mocos -atacó Alessandra-.

Así comenzó la discusión entre los primos, a la que se sumaron los Gabriela , George y Jack. Ajenos al bullicio se encontraban Mario, Massimo y Gabriel. Éste último reía de la cada vez más acalorada discusión entre los primos.

- Había olvidado como eran las comidas en la familia Campodónico -les comentó riendo-, si algo no vuela por la mesa no es una buena comida familiar. Siempre eran discusiones entre los primos que terminaban con peleas en la mesa que indignaban a Sofía, la difunta abuela de Alessandra, pero que nosotros con Alessandro disfrutábamos.

Y tal como lo predijo Gabriel la siempre explosiva Alessandra fue la primera en atacar y le lanzó un trozo de queso como un proyectil, pero que Ángelo pudo esquivar, riendo.

365 días juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora