Monstruo - POV Alessandra

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Me ardía la espalda, abrí los ojos y por la ventana pude ver Paris, los cerré y los volví a abrir con la esperanza de que fuera un sueño, pero es real, estoy en Paris con Massimo y hoy es la maldita fiesta de tía Tatiana. Estaré obligada a saludar y compartir con cientos de personas a las que no me interesa ver. Barney había estudiado la lista de invitados y decir que el 1% de ellos me agradaba era por que ese  1% era mi familia y no es que estuviera loca por verlos.
Tengo calor, me arde la espalda y el peso de un brazo sobre mi cintura y una pierna sobre las mías son pruebas de que mi calor es por el cuerpo de Massimo pegado a mi espalda. Puedo sentir su respiración en mi nuca y su erección matutina enterrada en mi culo. Debería molestarme tener un mastodonte aplastándome, pero sentir su duro y musculoso cuerpo junto al mío acompañado de su aroma me tranquiliza y de paso me desarma de todo pensamiento racional.
Ahora que me he rendido ante este hombre puedo entender a todas las zorras que se pelean por él. Es perfecto, sus músculos esculpidos en su piel bronceada, su cabello negro alborotado, su barba insipiente y rostro sexy de chico malo.
Su aroma y su presencia que irradia poder derribaron cualquier muro que intenté reforzar a mi alrededor para no caer en su juego. Pero es imposible, debo reconocer que cuando quiere algo, nada es inalcanzable para él. Hasta yo, un caso perdido para muchos hombres.
Respiro profundamente para sentir su aroma profundo y masculino que me hace vibrar, y no es por su perfume que -también lo hace oler delicioso-, es su esencia la que me encanta, el aroma de su piel. Deben ser sus feromonas únicas que me hace difícil resistirlo. Si envasaran su aroma sería un éxito ya que dudo que alguna mujer no se sienta afectada por el.
Me giro para quedar con mi rostro apoyado en su pecho disfrutando de su calor y su aroma. Es mi lugar favorito en el mundo, me devuelve la tranquilidad. Me podría convencer de que nada saldrá mal y le creería, aunque sepa que es imposible.
Me adormezco nuevamente, pero de pronto lo siento besando mi coronilla. Levanto mi cara para mirarlo y su sonrisa y su mirada de amor infinito termina por aplastarme.
Debo reconocer que me acostumbré a esto y ya no quiero volver a dormir y despertar sola, tenerlo a mi lado me tranquiliza, mis pesadillas casi han desaparecido y he podido dormir un sueño reparador hasta un poco más tarde. Incluso he dejado de entrenar de madrugada solo para poder prolongar esta sensación de paz junto a él. Y esa paz y seguridad es por que sé que puedo contar con él incondicionalmente, al mismo nivel de lo que confío en Ángelo y él es prácticamente mi hermano.

- Como amaneciste - me pregunta besando mi frente-, ¿Aún nerviosa?

Suspiro -Solo un poco-.

- Si no quieres ir, no te sientas obligada. Ya los has evitado por más de 12 años, otro más no es problema Alessandra -dijo mirándome fijamente a los ojos-  Si no vas a estar cómoda, es mejor no asistir. Podemos excusarnos con tu tía, fingir un resfrío o algún asunto urgente de último minuto.
Si no quieres estar aquí podemos salir a pasear por la ciudad y cenar donde tu quieras.
Y si insistes en asistir sabes que sigue en pie mi plan de huir a la primera oportunidad.

Como no quererlo si sé que me apoyará en cualquier locura... Pero a pesar de que me derrite el corazón no puedo evitar molestarlo y burlarme de él. Es algo que me encanta y yo se que él también lo disfruta.

- ¿Dónde yo quiera cenar? ¿Incluso un McDonald? 

- Te acompañaré a donde tu quieras, te apoyaré incluso si quieres comer algo en estos puestos de la calle.

- No me des ideas Massimo Torricelli, mira que eso no lo hemos hecho aún y suena tentador.

- No me preocupa inspirar tus locuras, por qué todo lo nuevo que he hecho junto a ti lo he disfrutado -me responde con una sonrisa en sus labios-.

Es tan adorable que me da miedo aceptar este Massimo que ha estado escondido tanto tiempo. Aún una mínima parte de mí, que he desterrado al fondo de mi corazón siente miedo. Miedo de que todo esto sea una farsa y que toda esta actuación y paciencia de Massimo solo sea para conseguir su objetivo. Lograr hacer caer a una Campodónico que se creía inalcanzable. Lograr satisfacer su ego de conquistador.
Pero trato de no pensar en eso y confiar en que todo esto es verdad. Desde que nos conocimos todo ha sido distinto, fue una atracción inmediata y eso no puede ser casualidad.

365 días juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora