Huida

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Huir, nuevamente iba a huir. ¿Cuándo terminaría?

Mientras salía Alessandra se encontró con Luciano quién la estaba esperando para ayudarla en lo que necesitara. Conocía sus sentimientos hacia ella y lamentaba nunca haber podido sentir lo mismo por él, todo hubiese sido tan distinto, todo habría sido mucho más fácil. Pero a pesar de no estar enamorada de él, lo quería mucho y era un pilar importante en su vida. Se criaron juntos y fue su cómplice en muchas oportunidades, sabía que siempre podía contar con él en las peores situaciones, él aceptaba su lado oscuro y en lugar de tratar de persuadirla o hacerla entrar en razón siempre la apoyaba sin cuestionar e intentando que todo fuera más seguro para ella. La conocía tan bien que sabía que necesitaba huir de todo esto y la estaba esperando.

No necesitó hablarle a Luciano, él se le unió y camino en silencio junto ella hacia su automóvil esquivando a su familia. Sabía que que ella no quería hablar del tema y que necesitaba despejarse por lo que dieron una vuelta por París. Como  no habían cenado se detuvieron en un lugar a comprar algo rápido y se sentaron en unos escalones mirando hacia la torre eiffel. Conversaron y la puso al día sobre todo lo que había sucedido en todo este tiempo, se rieron de algunos conocidos que ella detestaba y  de anécdotas de su familia de las que se había perdido. No habían podido compartir mucho las veces que se vieron a causa de Massimo, pero ahora los lazos se habían unido nuevamente y disfrutó mucho su compañía.

Luciano tenía la esperanza se poder entrar en su corazón. Ahora que ella se había alejado de Massimo intentaría llenar ese espacio vacío.

La fue a dejar a su departamento y aunque le hubiese gustado quedarse y acompañarla, la dejó ir sola para que pudiera digerir sus sentimientos tranquila y no se reprimiera por culpa de él.


365 días juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora