Cumpleaños

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Alessandra no durmió muy bien por el dolor de sus costillas, despertó temprano y no encontró a Massimo. Se quedó dormitando un rato hasta que lo escuchó llegar, traía un pequeño pastel con una vela y le cantó el feliz cumpleaños, ella pidió su deseo, sopló la vela y lo besó, eso era todo lo que deseaba.
Ambos se hubiesen quedado abrazados todo el día disfrutando de la tranquilidad, pero tocaron a la puerta y debieron regresar a la realidad. Gabriela junto a Olga aparecieron en el dormitorio, la primera le haría un chequeo y la segunda la ayudaría a arreglarse por lo que a Massimo no le quedó otra que esperar a Alessandra abajo.

- Esto se ve bien Torricelli -lo felicitó Ángelo, refiriéndose a la decoración-, un poco infantil, pero bien.

- Tu prima es así, creo que le gustará.

- ¿Es un poco desconcertante no crees? Llena de hematomas, con fractura y heridas como toda una matona, pero feliz con un Candy Bar.

- Así es Alessandra -le contestó con una sonrisa, la amaba con todas sus complejidades-.

- Estas un poco loco si te gusta eso, pero me alegra que entiendas como es. Te estas esforzando.

- Dicen que las personas correctas sacan lo mejor de uno, pero con tu prima ha sido más extremo ya que me hizo cambiar mi forma de ver el mundo, y eso me cambió de paso.

Ángelo no respondió, era verdad que Alessandra podía causar eso, sobre todo en una persona como él, pero aún así sentía recelo, ¿Cuánto duraría ese amor?, nunca se podía confiar completamente en alguien así.

Poco después llegó Alessandra, Olga la había maquillado un poco y alisado sus dorados risos para que fluyeran en ondas enmarcando su rostro, llevaba puesto un jersey holgado de hilo palo rosa y jeans desgastados, muy Alessandra. No sospechaba nada y lanzó un pequeño grito al entrar al comedor y ver la sorpresa. La temática era una burla a su infantilismo, pero todo se veía hermoso y apetitoso. Un simple desayuno con su familia y poder compartir con sus seres queridos era justo lo que hubiese deseado. Massimo, Olga, Doménico, Luca; su nueva familia compartía con Gabriel, Gabriela y Ángelo; su antigua familia, además George y Jack que representaban su presente en Inglaterra. Su pasado, su presente y su futuro reuniendo todas las partes de ella para formar a la Alessandra completa, en todas sus facetas y sin secretos.

Alessandra jamás se hubiera esperado esto, el comedor estaba decorado con guirnaldas y globos en tonos rosa y dorado. Se había instalado un desayuno buffet y en un mesón por separado se exhibían panes dulces, pasteles, waffles y frutas bañadas en chocolate...lo que a ella más le gustaba.

A mitad del desayuno trajeron un pastel para cantar el cumpleaños feliz, Alessandra pidió sus deseos y apagó las velas. Todo transcurrió armoniosamente, tanto que nadie se quería levantar de la mesa.

Al finalizar el desayuno Alessandra permaneció un rato más en el comedor. Massimo terminó de despedir a las visitas y regresó junto a ella. Alessandra se encontraba perdida en algún lugar de su mente y le tomo la mano para que regresara junto a él.

- Muchas gracias señor Torricelli, ha sido el mejor cumpleaños que he tenido en muchos años.

- Estamos para servir -le contestó bromeando-.

- Últimamente es bastante diligente.

- Siempre lo he sido, solo me faltaba motivación.

- Entonces su motivación es bastante buena - le respondió coqueteando-.

- Eso se le queda corto.

No dijo nada más, la tomo y la sentó en sus piernas para besarla.

- Debo ir a revisar lo que tenemos para preparar la cena -pudo responder cuando se separaron para recuperar el aliento-.

La palabra "tenemos" le presionó el pecho, los incluía a ambos y un hogar... Le acarició el rostro y la volvió a besar, esperaba que esto se repitiera todos los años.

365 días juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora