Viaje al pasado

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Y llegó el día menos deseado, volarían en el avión de Massimo, estarían 2 noches en Génova y volverían el tercer día al amanecer. No estarían más tiempo del necesario.
Al parecer el viaje a Génova causó algo en Alessandra ya que sorprendió a todos con un mono tipo palazzo y tacones, lo que le daba un look sofisticado.

- ¿Y ésta sorpresa? De saber que Génova te devolvería la cordura hubiésemos viajado antes -le molestó Olga-.

- No digas estupideces Olga -arremetió Massimo furioso-, viajamos solo por negocios y porque es inevitable, no existe ningún otro motivo para pisar Génova.

- Bueno si no es Génova podemos ir a Milán, podría ser a la semana de la moda.

- No pisaremos el norte Olga, fin de la discusión. 

El norte por completo era riesgoso, si el peligro no se encontraba en Génova podría estarlo a sus alrededores. Valeria manejaba la zona. Aunque existieran otras familias como los D'ambrosio que los apoyaran, eso no los libraba de que les tendieran una emboscada.

Malditos Campodónico y sus negocios, Alessandra no necesitaba ese dinero, él le podía dar todo lo que quisiera. Cuando se casaran cortaría todo tipo de relaciones con ellos, solo traían problemas. 

Miró el cuerpo inerte de Alessandra que miraba por la ventanilla, desde que subieron su mente se fue a algún lugar al que él no podía acceder. Este viaje la dañaría demasiado, no estaba seguro de que estuviera preparada para esto. Tenía miedo a perderla, sus fantasmas, sus traumas, su venganza, todo eso la podía alejar de él. 

Los nervios de Massimo estaban al máximo, se paseaba por el avión como un león enjaulado y rezaba para que terminara luego el maldito viaje.

Al bajar del avión Alessandra estaba blanca como el papel, le sudaban las manos y tenía una mirada extraña. Massimo le apretó su mano recordándole que él estaba con ella, no estaría sola en esto.

Les esperaba una tropa de guardias y cinco jeep blindados idénticos. Cualquiera pensaría que llegaba algún presidente y Massimo se relajó un poco al ver que los Campodónico por lo menos estaban preocupados por su seguridad.

Frente a ellos los esperaban Ángelo y otro hombre. Era alto, cuerpo atlético y musculoso, tenía los ojos de un verde intenso al igual que Ángelo y su cabello era castaño, liso y un poco largo lo que le daba un toque alborotado. No cabía duda que ese hombre era Sebastián Campodónico.

A Massimo no le gustó la mirada que le dirigía a Alessandra, se comunicaban a través de ella. Sebastián suspiró resignado y la saludó sin ningún intento de contacto recibiendo un saludo frio y cortante por parte de ella, lo que le gustó. Al contrario de Sebastián, Ángelo la abrazó y la hizo girar en el aire logrando risas de Alessandra y rompió el ambiente cortante.

- Bienvenido a Génova señor Torricelli

Lo saludó Sebastián en un tono que dejaba claro que su compañía no era deseada. Que se pudra pensó Massimo, sería la sombra de Alessandra todos estos días y que ni atreva a separarlos.

Sebastián saludó a Olga y Doménico con mucha más cortesía que a él. Les indicó que se separarían y los jeep irían alternando su orden durante el viaje para que nadie pudiera adivinar en cual se encontraba Alessandra.

Ángelo se fue con Alessandra y Massimo, mientras Sebastián iba con Olga y Doménico. 

- Massimo lo tiene difícil si tiene que competir con este Adonis -le susurró Olga a su marido-. Pero por lo menos al parecer Alessandra lo que menos quiere estar en el mismo país que él.

- Lo que más me preocupa es que se comporte y no se pelee con él, lo que menos necesitamos son problemas con los Campodónico -le respondió Doménico-. 

- Eso está difícil, tu sabes lo bruto que es tu hermano y quedó clara la enemistad en su guerra de miradas cuando se saludaron.

- Esperemos que estos días pasen rápido -le respondió con un suspiro de resignación-.

- Lo mismo digo.

Y así fue como partieron rumbo a la residencia de los Campodónico en las afueras de la ciudad.


365 días juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora